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La decisión de Nauru indica la confianza de las islas del Pacífico Sur en China
CGTN

Nota del editor: Setope So'oa'emalelagi, comentarista especial de actualidad para CGTN, es profesor de Sociedad y Cultura del Pacífico Sur y de Lengua Samoana en la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing. El artículo refleja las opiniones del autor y no necesariamente las de CGTN.

El 15 de enero de 2024, el presidente de Nauru, David Adeang, proclamó en los medios de comunicación locales de Nauru y en los internacionales que "la República de Nauru ya no reconocerá a la región china de Taiwan como un país independiente, sino como una parte inalienable del territorio de China, romperá las llamadas "relaciones diplomáticas" con Taiwan a partir de este día y ya no desarrollará ninguna relación oficial ni intercambios oficiales con ella."

Esta noticia supuso una profunda conmoción para Estados Unidos y, especialmente, para la región china de Taiwan, pero no para el Pacífico.

Lo cierto es que las extraordinarias misiones diplomáticas de China en el Pacífico Sur -desde el lanzamiento de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en 2013- han dado lugar a que múltiples naciones insulares cambien su reconocimiento diplomático a la parte continental de China.

La visión del presidente Xi Jinping sobre el Pacífico es que "el ascenso de China es bueno para todas las naciones del Pacífico" y "no importa cómo evolucione el escenario internacional, China siempre será un buen amigo que comparte el mismo ideal y sigue el mismo camino, un buen hermano que pasa por las buenas y las malas, y un buen socio que avanza al lado de los países insulares del Pacífico." En cierto modo, proporciona un telón de fondo clarividente para que la nación insular de Nauru rompa relaciones con la región de Taiwan y explica por qué Estados Unidos y otros países occidentales están protestando por la pérdida del que consideraban su "aliado para toda la vida".

Sin embargo, la realidad de Nauru es que se enfrentaba al "abismo": una diminuta superficie de tierra no cultivable de 21 kilómetros cuadrados con una población de más de 12.000 personas. Además, tras décadas de explotación minera de sus recursos de fosfato, el paisaje se asemeja a la superficie de Marte. Y, ciertamente, en el país insular hay muchas preocupaciones inmediatas, como el agua potable, la subida de las mareas oceánicas y la sanidad.

La cooperación mutuamente beneficiosa entre China y Nauru aportará beneficios tangibles a la población local y dará un nuevo impulso al desarrollo económico de Nauru, lo que impulsó al presidente de Nauru, David Adeang, a sacar a su pueblo del "abismo". La decisión de Nauru redundó en beneficio de esta nación y de su población.

En la actualidad, solo un pequeño puñado de países mantiene las llamadas "relaciones diplomáticas" con la región china de Taiwan. Es una sabia decisión que Nauru se alinee con la tendencia de los tiempos.

Para el pueblo nauruano, entender a China diplomática y políticamente ha llevado tiempo, y 2024 marca una maduración de las relaciones bilaterales China-Nauru. El pueblo nauruano es orgulloso: rico en historia y cultura, y con una mezcla de comunidades polinesias, micronesias y melanesias. Este enfoque de "mirar hacia el Este" y el reconocimiento de que quizá la seguridad se encuentre "en" el Este y no "desde" el Este empieza pero no termina con la plena restauración de relaciones diplomáticas con China. Y como dijo una vez un viejo pescador de las islas del Pacífico: "No mires solo al pez, sino cuida la red".