El conflicto entre Washington y el estado de Texas continúa esta semana con el foco en la inmigración. Los inmigrantes sortean el alambre de espino colocado por Texas en la frontera de Estados Unidos con México mientras que la Guardia Nacional les espera al otro lado. Esto sucede después de que el Tribunal Supremo de EE. UU. estableciera que los agentes de patrulla fronteriza tienen el poder de decidir cortar los alambres de espino colocados por Texas para prevenir la entrada de inmigrantes. 

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó al Congreso la semana pasada a aprobar una ley para enfrentarse a la crisis de inmigración en la frontera sur del país, prometiendo el cierre de la frontera una vez aprobada la ley. Biden, que busca revalidar su mandato en las elecciones de noviembre, se ha enfrentado a un número récord de inmigrantes ilegales detenidos durante su presidencia. El Partido Republicano mantiene que se deberían haber mantenido las políticas de frontera efectuadas por el anterior presidente Donald Trump.

Las autoridades texanas han tomado el control sobre un parque en la ciudad fronteriza de Eagle Pass, donde arrestan a inmigrantes y limitan el acceso a la patrulla de frontera federal. La opinión está dividida. Algunos vecinos están frustrados por el flujo de inmigrantes indocumentados y con la respuesta. Aquellos que dan la bienvenida a los nuevos inmigrantes sienten que la retórica política es peligrosa y no ayuda a nadie.

Los números han aumentado en los últimos años, con más de 10.000 inmigrantes diarios cruzando la frontera en diciembre, según datos gubernamentales. Mientras el país se dirige a unas elecciones presidenciales, los analistas argumentan que mantener la tensión es beneficioso electoralmente para el Partido Republicano.

"Todo lo que hace el gobernador de Texas, Greg Abbott, es mirar a la situación a través de unas lentes políticas, y no como un problema de seguridad pública que hay que resolver o como algo que requiere la cooperación entre dos países. Él solo piensa en cerrar la frontera y enviar a los agentes del Departamento de Seguridad Pública de Texas a las zonas fronterizas, algo que molesta a la administración Biden. Abbott claramente busca rédito político", dijo Tony Payan, director del Centro para EE. UU. y México de Instituto Baker de la Universidad de Rice.