La histórica decisión de establecer las relaciones entre China y El Salvador ha transformado la vida de muchos salvadoreños, quienes ahora disfrutan de los beneficios de esta amistad.
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En un país con una rica tradición cafetalera, la sommelier Marcela Figueroa se aventuró hace más de una década a explorar el fascinante mundo del té. Al introducir esta bebida originaria de China, Marcela buscó destacarse fusionando lo mejor del té chino con las hierbas tradicionales mesoamericanas, creando así nuevos sabores y experiencias. Sin embargo, fue el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y El Salvador lo que propulsó definitivamente el negocio de Figueroa, conocido como Lafiroa. Con la nueva amistad entre China y El Salvador, Marcela Figueroa observó un creciente interés no solo en su producto, sino también en la experiencia cultural que implica el ritual del té en la cultura china.
“Entonces yo estoy enseñándole a la gente qué es un buen té, té adecuado, en qué momento y enseñándoles también la forma de beberlo en China, la ceremonia como Gongfucha. La cultura del té sí ha venido avanzando en ese sentido y la gente aprecia mucho ahora el té puro”, dijo Marcela Figueroa.
La histórica decisión de establecer las relaciones diplomáticas entre China y El Salvador no solo impulsó el negocio del té chino, sino que también los proyectos de cooperación comienzan a dejar su huella en la vida de miles de salvadoreños. Esto es evidente en el Puerto de la Libertad, ubicado a 30 kilómetros de la capital salvadoreña, donde ya se erige el Sunset Park como un atractivo turístico, y está por inaugurarse un nuevo puerto pesquero construido por China. Emerson Sánchez, trabajador de uno de los numerosos restaurantes de mariscos que atienden a los turistas en La Libertad, señaló con certeza que mucho ha cambiado para su pueblo desde que las inversiones y la cooperación hechas por China se han dirigido hacia este puerto.
En el Mercado del Marisco, Amílcar Suárez también experimenta una mejora en la situación de su negocio, ya que los nuevos atractivos turísticos atraen a más personas y potenciales compradores de sus productos.
Como profesional graduado en Relaciones Internacionales y diputado del Partido Nuevas Ideas, José Raúl Chamagua no tiene dudas acerca de los significativos beneficios que la relación de amistad con China ha aportado a su país.
“Como salvadoreño yo te puedo decir que hemos visto grandes beneficios, El Salvador es un país que tiene lazos de amistad con varios países en el mundo, pero uno de los principales es China y creo que esto ha sido resultado de una buena relación que ha tenido el presidente Nayib Bukele con la República Popular China. Las relaciones de cooperación, las relaciones bilaterales entre Estados se van fortaleciendo por principios, respetando la soberanía, la libre determinación de los pueblos y creo que eso ha permitido que El Salvador avance y fortalezca estos vínculos que tiene con la República Popular China”, dijo José Raúl Chamagua.
El diputado sostiene que todos los salvadoreños reconocen fácilmente los beneficios de las relaciones con China gracias a las importantes obras que se han inaugurado en los últimos meses, tales como la nueva Biblioteca Nacional, el proyecto de la planta potabilizadora del Lago de Ilopango y el inicio de las obras del nuevo Estadio Nacional.
Desde la Cámara de Comercio Chino-Salvadoreña, Bo Yang asegura que las oportunidades de inversión en el país y las ventas de productos salvadoreños en China han experimentado mejoras. Como empresario, Bo Yang asegura que las relaciones diplomáticas han abierto muchas facilidades para el comercio, por las facilidades que hay para el trámite de documentos y el contacto directo con proveedores, pero también los intercambios que pueden realizar ahora los salvadoreños con colegas chinos.
Las relaciones diplomáticas entre China y El Salvador han sido una puerta para que salvadoreños como Marcela Figueroa sientan cómo viven más de cerca su sueño de vivir una cultura totalmente distinta a la suya, como lo es la china y compartirla con sus compatriotas.
Tras cinco años del establecimiento de las relaciones diplomáticas, cada vez son más los salvadoreños que reconocen en China a un país que les ha tendido la mano para una amistad duradera.