En el momento que la luz de la civilización comenzó a iluminar al ser humano, las personas depositaron el miedo a lo desconocido en la religión. El clima y el entorno de la meseta Qinghai-Xizang ponen a prueba la vida de cada ser aquí. La introducción, adaptación y renovación del budismo no podrían haberse realizado sin la civilización china. Hoy en día, el budismo tibetano sigue evolucionando, para servir a la humanidad y se adapta activamente a la sociedad socialista, para contribuir en conjunto al gran rejuvenecimiento nacional.