Al menos 50 personas han muerto como consecuencia de las inundaciones repentinas provocadas por las fuertes lluvias estacionales en el centro de Afganistán. Miles de viviendas y propiedades resultaron dañadas y cientos de hectáreas de tierras agrícolas destruidas en la provincia de Ghor. Las inundaciones también cortaron numerosas vialidades importantes de la zona. La policía provincial afirma que algunos residentes se pusieron a salvo en terrenos elevados minutos antes del arribo de las aguas. 

En la actual época primaveral, Afganistán ha experimentado precipitaciones superiores a la media. Las últimas inundaciones se produjeron después de que el 10 de mayo unas riadas en la provincia septentrional de Baghlan se llevaran por delante a centenares de personas. Los supervivientes seguían buscando a sus familiares desaparecidos días después de la catástrofe.