El Eje Central de Beijing acaba de ser incluido oficialmente en la Lista del Patrimonio Mundial, durante la 46ª sesión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco. Varias atracciones a lo largo del Eje, como la Ciudad Prohibida y el Templo del Cielo, ya han sido designadas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Y los esfuerzos para que todo el Eje Central fuera reconocido por la Unesco comenzaron en 2011. Desde entonces, se han llevado a cabo más de 100 proyectos de restauración del patrimonio cultural a lo largo del Eje.
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Con una extensión de 7,8 kilómetros, la línea norte-sur del Eje Central de Beijing comenzó a partir de la dinastía Yuan. Alberga todo tipo de historias, que van desde los emperadores de la dinastía Qing hasta la vida de los chinos comunes.
Lv Zhou, director del Centro del Patrimonio Nacional de la Universidad de Tsinghua, afirma que el Eje Central de Beijing muestra estructuras urbanas y arquitectura arraigadas en la cultura, los valores y la estética tradicionales de China.
Conseguir el estatus de Patrimonio de la Humanidad es uno de los objetivos de la ciudad, pero expertos como Lv dicen que no es el fin último. El objetivo es conservar los monumentos históricos y asegurarse de que permanezcan en las mejores condiciones a largo plazo, permitiendo a los residentes de hoy inspirarse en un rico legado cultural.