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Activistas aseguran que las campañas electorales en EE. UU. violan derechos humanos de los inmigrantes irregulares
Actualizado 2024-08-14 02:41 GMT
CGTN Español

05:43

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El endurecimiento de las políticas migratorias en los Estados Unidos, muchas de ellas aupadas por la coyuntura electoral, genera un aumento en los riesgos que deben sortear miles de migrantes que intentan ingresar de manera irregular a Estados Unidos. Algunos activistas aseguran que se vulneran y violan los derechos humanos de los migrantes con estas medidas que, además, generan confusión en medio de la desesperación.

Este es uno de los puntos fronterizos entre México y Estados Unidos más peligrosos, Matamoros, Tamaulipas, un campamento se levanta a las orillas del Río Bravo. Varios migrantes fueron devueltos al sur de México. Otros escaparon a ese llamamiento y siguen esperando su paso hacia los Estados Unidos con la aplicación CBP One. Esmeralda lleva más de tres meses de espera. Es la única mujer que queda del campamento y permanece incólume ante su sueño americano, aunque intenta poner los pies sobre la tierra.

"Es frustrante, es algo psicológicamente que uno, creo, que va a llegar al país, va a pasar a Estados Unidos y dice ¡Ay, el sueño americano! ¡Oh, qué bien, ya pasé! Pero es otro proceso más, o sea, nadie está diciendo que por cruzar ese puerto de entrada y llegar a Estados Unidos, ya vamos a tener resuelta la vida", dijo Esmeralda Castro, migrante salvadoreña. 

Esmeralda teme que las elecciones presidenciales en los Estados Unidos le imprima más demora y trabas a su posibilidad de entrar de manera legal a Estados Unidos.

"O sea, han trastornado todo el sistema ellos mismos. ¿Qué es una estrategia? Por cualquier razón política que ellos tengan, puede ser que sea una estrategia. Yo no lo aseguro porque simplemente es mi humilde opinión, pero han hecho mal, mucho mal. Imagínense, yo todavía esperando cita diez meses, ya fastidiada, ya estoy estresada, no puedo dormir, no he podido dormir ni siquiera una noche entera desde que estoy aquí", afirmó Esmeralda. 

La carrera electoral en los Estados Unidos genera una dicotomía entre el discurso y los hechos. La incertidumbre y las falsas expectativas mueven a miles de migrantes desde el sur para, tal vez, estancarse en México o a orillas del río. Según Biden, la frontera está cerrada. Para Trump, nunca debió abrirse y en su eventual gobierno, será bloqueado el paso irregular.

"¿A qué se refieren con el cierre de fronteras? Según ellos, a que las personas que pasen por aquí, por el río, serán deportadas para su país, cosa que es muy mentira. Cosa que es muy mentira, porque la mayoría que han pasado por aquí, todos están llegando. Las personas que se van a entregar, que son las que pasan por aquí, la mayoría han estado pasando, allá están en Estados Unidos", dijo Esmeralda.

"Y muchos que están entrando por el río, ¿verdad? sin supervisión de migración, están entrando y se están quedando, pero están viendo que al final muchos son deportados, otros viven en las calles, otros viven en shelters, en refugios. Y es bien difícil, la realidad, ya cuando vive uno en Estados Unidos, no es nada fácil. Siempre les hemos dicho, ¿verdad?, los peligros y los riesgos que corren las comunidades cuando vienen a Estados Unidos", señaló Dina Núñez, representante de South Texas Human Rights Center en el Condado Cameron.

Vivo ejemplo de dos opiniones encontradas entre el sueño americano que se quiere alcanzar y la realidad de quienes viven al otro lado del muro. A diario mujeres proinmigrantes y defensoras de derechos humanos pasan la frontera desde Estados Unidos para darle asistencia a quienes esperan en estos campamentos. Dina y María forman parte de este grupo. Creen que estas personas son violentadas en México y utilizadas como carne de cañón para debates políticos en los Estados Unidos.

"Sabemos que ellos están luchando por deshacerse de todos los migrantes cuando ellos saben que somos la fuerza laboral más importante. Entonces, es por eso que estas campañas cobran mucha importancia por el dinero que ellos recaudan, entonces es una forma también de manipulación", dijo María Eltsner, colaboradora en South Texas Human Rights Center Brownsville. 

Lejos de esta frontera sur, en Miami, Florida, considerada la capital de América Latina también hay preocupación. Los juristas migratorios creen que las campañas electorales cada tres años, mueven las leyes migratorias a su antojo, sobre todo desde finales del segundo mandato de Barack Obama. 

"A veces se enfoca más en la seguridad fronteriza y con lo cual desestima muchos casos de asilo y muchas personas que aplican asilo político en los Estados Unidos regresándolos sin realmente escuchar sus casos. No tenemos personal suficiente para analizar los casos comparado con todas las aplicaciones que se tienen. Estas son las grandes falencias que se tienen en este momento en la parte de inmigración del sistema migratorio", contó Sandra Clavijo, abogada de Inmigración. 

Preste atención a las cifras migratorias en los Estados Unido: Actualmente existen 765 jueces para resolver más de tres millones de casos ligados a la solicitud de asilo e inmigración irregular. De allí la rapidez para la expulsión de algunos y la lentitud para la regularización de otros.

Al menos 65 millones de personas de las que viven en el territorio estadounidense son hispanos, esto quiere decir que uno de cada cinco son latinos. Números que fueron en crecimiento durante el año 2023 si sumamos los nuevos nacimientos con los ingresos irregulares por estas fronteras entre México y los Estados Unidos. Ahora bien, para el 2024, se cree que esta cifra pueda reducirse, por lo menos en cuanto a las entradas de migrantes irregulares, en un 40 %.

En Matamoros, Esmeralda anhela que la desesperación no la obligue a cruzar aquel río. Que las amenazas de un secuestro en territorio mexicano no se concreten. Mientras se prepara un café, relata cómo otros con semanas de haber hecho la solicitud al CBP One, les llega su cita. Ella sigue sumando días a sus meses de reposo en este calvario. Insiste en que quiere ir a trabajar y no a pedir auxilios económicos. Tal vez su intención coincide con los datos macroeconómicos de la Reserva Federal y la Oficina Central del Presupuesto del Congreso estadounidense. Calculan que, durante la próxima década, los inmigrantes aportarán al bolsillo de la nación cerca de siete billones de dólares.