Los hechos y las cifras avalan las mejoras sustanciales en el bienestar y la calidad de vida de la población en los 75 años transcurridos desde la fundación de la República Popular China. Un indicador del bienestar de la población es la esperanza de vida. China solía ser uno de los países con menor esperanza de vida del mundo. Pero el país ha experimentado cambios drásticos en los últimos 75 años. Gracias a la mejora del nivel de vida y de la atención sanitaria, la esperanza media de vida en China ha pasado de 35 años en 1949, cuando se fundó la Nueva China, a 78 en 2023, una de las más altas del mundo. El país también ha registrado las tasas de mortalidad más bajas, con cifras que descienden a 15 por cada cien mil mujeres embarazadas y 4,5 por cada mil nacidos vivos.
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China ha construido el mayor sistema de seguridad social y atención sanitaria del mundo, con un número de instituciones médicas que ha pasado de menos de 4.000 a más de un millón. De sólo una cama por cada mil personas en 1965, ahora hay casi siete camas por cada mil. Más del 95 % de los 1.300 millones de chinos están cubiertos por el programa nacional de seguro médico básico. Desde que en el año 2000 se estableciera un catálogo de medicamentos cubiertos por el seguro, la lista se ha duplicado hasta superar los 3.000, lo que ha reducido la carga económica de los pacientes.
En 2021, China declaró la victoria en su batalla contra la pobreza extrema, 10 años antes de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de las Naciones Unidas. A lo largo de 45 años de reforma y apertura, China ha sacado de la pobreza a 770 millones de habitantes de zonas rurales. Esta cifra representa por sí sola más del 70 % de la población mundial que salió de la pobreza en ese periodo.
China colabora estrechamente con sus socios mundiales, ejecutando más de 5.000 proyectos de ayuda y proporcionando ayuda financiera a casi 170 países y organizaciones internacionales.
En la última década, la Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por China ha impulsado inversiones por valor de casi un billón de dólares. El Banco Mundial afirma que se espera que dicha iniciativa saque de la pobreza a casi 40 millones de personas en los países socios para 2030.
A pesar de los desafíos económicos y de una pandemia, China ha trabajado duro para estabilizar su mercado laboral. En 1949, la renta per cápita disponible en China era de apenas 49 yuanes, o 7 dólares estadounidenses. Hoy, esta cifra supera los 39.000 yuanes, unos 55.000 dólares. La cifra de empleo del país en 2023 se sitúa en 740 millones, aproximadamente la población combinada de Europa.
Las condiciones de vida en China también han mejorado mucho. El área de construcción de viviendas per cápita de los residentes urbanos se cuadruplicó, pasando de más de ocho metros cuadrados en 1949 a más de 38 metros cuadrados en 2020. Se han construido más de 80 millones de unidades de vivienda pública, aliviando los problemas de vivienda de más de 200 millones de personas.
China ha trazado un plan para mejorar el bienestar de la población, prestar servicios inclusivos, satisfacer las necesidades esenciales y proporcionar un colchón a los más necesitados.
Las medidas incluyen aumentar la proporción de la renta personal, promover el pleno empleo, impulsar la disponibilidad de recursos médicos de calidad, prestar servicios a la población durante todo el ciclo vital y desarrollar programas e industrias de atención a la tercera edad.