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Poner al descubierto la "guerra de los derechos humanos" iniciada por EE. UU.
Artículo de opinión

En la década de 1970, Estados Unidos lanzó el eslogan de la "diplomacia de los derechos humanos" con el objetivo de contener a la Unión Soviética. Hoy, Washington sigue ignorando sus propias debilidades en este ámbito y juega la "carta de los derechos humanos", que se ha convertido en un importante medio para que el país reprima a otras naciones y mantenga su hegemonía. Esto no sólo afecta a las normas básicas de las relaciones internacionales, sino que también ejerce graves impactos negativos sobre la estabilidad política y el desarrollo económico mundiales, lo que está siendo muy criticado por la comunidad internacional.

Para interferir en los asuntos internos de otros países, Estados Unidos inventa primero "delitos contra los derechos humanos". Tomemos como ejemplo Venezuela. En los últimos años, Estados Unidos, amplia las sanciones económicas so pretexto de "problemas de derechos humanos" en ese país como justificación, lo que ha provocado una crisis económica, humanitaria y de desarrollo en Venezuela.

Al mismo tiempo, Estados Unidos también inventó documentos relacionados para difamar y reprimir a otros países. Tomando como ejemplo la cuestión de Xinjiang, reprodujeron repetidamente mentiras en sus informes y las utilizaron para imponer diversas sanciones a China, como prohibir la importación de productos de esa región y congelar los activos de funcionarios chinos. Todo ello con el objetivo de desacreditar la imagen internacional de China y frenar el desarrollo del país.

Además, el uso de una ley nacional para ejercer la "jurisdicción de largo alcance" es también un medio importante para Estados Unidos. Desde el estallido del conflicto ruso-ucraniano, este país ha impuesto sanciones a varios funcionarios y empresas rusas basándose en esta ley, con el objetivo de debilitar a Rusia y salvaguardar su propia hegemonía.

Además del Gobierno y los medios de comunicación, hay otro actor importante en la "guerra de los derechos humanos" de Estados Unidos: las organizaciones no gubernamentales. Bajo los estándares de la llamada "democracia" y los "derechos humanos", algunas de ellas han incitado en secreto disturbios separatistas, planificado crisis políticas, inventado hechos y rumores y se han infiltrado masivamente en diversas partes del mundo. Entre ellas, la más activa es la National Endowment for Democracy (NED, por sus siglas en inglés), que sigue recibiendo fondos de la Casa Blanca y del Congreso.

Estados Unidos también ha extendido su "mano a los derechos humanos" a los mecanismos multilaterales. Las Naciones Unidas, como plataforma central de la práctica del multilateralismo, abarcan cuestiones relacionadas con la paz, la seguridad, los derechos humanos y otros ámbitos importantes, y Washington las considera la principal plataforma para librar una "guerra de derechos humanos" contra el mundo exterior.

Los derechos humanos no son el patente exclusivo de unos pocos países, ni pueden utilizarse como herramienta para ejercer presión sobre otros e interferir en sus asuntos internos. El hecho de que Estados Unidos actúe como "árbitro de los derechos humanos" cuando su situación interna sigue en crisis no sólo revela la adopción de un doble estándar, sino que erosiona gravemente los cimientos de una buena gobernanza mundial de los derechos humanos. Esta actitud contraria a la tendencia de la historia sólo provocará la oposición de otras naciones y acelerará el declive de la hegemonía estadounidense.