Los fabricantes chinos de motos se han convertido en aliados claves para la recuperación del sector en Venezuela. Su apoyo ha permitido el surgimiento de nuevas marcas, el aumento de la oferta y la reactivación de las plantas de ensamblaje, contribuyendo así al mejoramiento de la economía del país caribeño.

La oferta de motos ha crecido exponencialmente en los últimos años y este fenómeno es patente en las calles de Caraca. Mototaxis, repartidores y trabajadores en general, aprovechan este auge de la oferta a precios asequibles, impensados hace dos o tres años atrás.

Según la Asociación de Ensambladores de Motocicletas de Venezuela, en 2024 planean alcanzar las 950.000 unidades producidas en el país, representando una subida del 234 % en comparación con el 2023. Esto consolida una tendencia del periodo 2022-2023, cuando se incrementó en 122 % la producción.