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Sobrevivientes de la masacre que se suscitó en Haití a principios de octubre cuentan su historia
Actualizado 2024-12-09 07:57 GMT
CGTN Español

02:25

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A principios de octubre de 2024, Haití sufrió una de las peores masacres en años. La tragedia de Saint-Marc, perpetrada por bandas armadas, dejó decenas de muertos, heridos y desplazados, conmocionando a toda la localidad. 

La quinta sección de Saint-Marc, Bocozelle, situada a 108 kilómetros de Puerto Príncipe, fue atacada por la banda Gran Grif (Garra Grande) en Pont-Sondé. Según la ONU, el ataque dejó un saldo de más de 100 muertos, 357 heridos y unas 6.000 personas se vieron obligadas a huir. 

"Cuando vi a los hombres armados, pensé que nos protegían. Pero me dispararon por la espalda. El Estado no asume su responsabilidad, a pesar de que los habitantes piden ayuda desde hace tiempo", dijo Tcharlytch Charles, residente local herido de bala en la masacre. 

Los hospitales y centros de salud de los alrededores han tenido que desplegar importantes medios logísticos para recibir a los heridos, que están llegando por decenas para recibir tratamiento urgente. 

"A lo largo del día recibimos 21 heridos de bala y 5 pacientes que ya habían fallecido. La situación era realmente catastrófica y alarmante. Como responsables, tomamos todas las medidas necesarias para hacer frente a la situación", expresó Frantz Alexis, director médico del Hospital Saint Nicolas. 

Pont-Sondé, que alguna vez fue una pacífica comunidad en la región de Artibonite, se ha convertido ahora en una ruina, según sus propios residentes. Un informe del 25 de octubre del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas señala que el número de desplazados por la violencia de las bandas en Haití ha aumentado a casi 700.000 en solo tres meses. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, las bandas armadas están intensificando sus ataques en diversas regiones, tanto en la capital como en otras ciudades. Las casas abandonadas y las calles desiertas son testigos de la brutalidad de estos eventos. Los sobrevivientes, desorientados y traumatizados, viven en medio de una crisis humanitaria mientras la comunidad internacional hace un llamado urgente a la intervención para restablecer la paz en el país.