Las cinco décadas en el poder de la familia al-Asad en Siria llegaron a su fin el día 8. Gobiernos de diferentes partes del mundo han manifestado su preocupación respecto al futuro del país árabe. 

Los medios de comunicación rusos confirmaron que al expresidente sirio Bashar al-Asad se le concedió asilo por razones humanitarias en Moscú. Asimismo, se informó que Rusia logró un acuerdo para garantizar la seguridad de sus instalaciones militares en Siria. 

Los rebeldes ahora se enfrentan a la monumental tarea de reconstruir a la devastada nación. En unas declaraciones a sus partidarios, el líder del Organismo de Liberación del Levante, o HTS por sus siglas en árabe, reconoció la magnitud del desafío, pero aseguró que Siria se convertirá en un faro para la región.