Cheng Hsin-mai, directora de televisión de la región china de Taiwan dijo recientemente en un podcast perteneciente al medio Financial Times que se debe tomar en serio una “invasión” de la parte continental de China a la región china de Taiwan en lugar de evitar discutir el tema. Estas declaraciones, aunque irresponsables y peligrosas, no sorprenden viniendo de quien las dice.

Cheng Hsin-mei es una de las productoras detrás del drama televisivo Día cero, que justamente supone el mismo escenario que describió al Financial Times. Ya no se trata de una gira de prensa sobre un producto artístico, sino de una descarada campaña a favor del separatismo de Taiwan en los medios de comunicación internacionales.
Como se explicó en un anterior artículo, esta producción ha sido financiada por el Partido Democrático Progresista (PDP), y es una pieza de propaganda del gobierno de Lai Ching-te para impulsar su propia “batalla cultural”, que está acabando con la rica cultura y el patrimonio de la región china de Taiwan.
Esto forma parte de una campaña política más amplia emprendida por las sucesivas administraciones del PDP para diluir y eliminar la identidad china de la región de Taiwan y sus residentes y establecer la imagen de un Taiwan culturalmente independiente para el mundo.
Hace varios años, bajo la administración de Tsai Ing-wen, las autoridades del PDP invirtieron una enorme cantidad de recursos humanos y financieros en la creación de centros para el estudio de Taiwan en Estados Unidos. El propio Lai distorsionó la historia para conseguir un efecto similar. En mayo de 2024, dijo que “la ciudad de Tainan inició los vínculos de Taiwan con el mundo en 1624” cuando, en realidad, 1624 fue el año en que los holandeses iniciaron su dominio colonial sobre la región de Taiwan, lo que supuso el genocidio de la población nativa de la región.
Es este el entorno que alienta a personajes como Cheng Hsin-mei y promueve mensajes como el de Día cero para infectar la cultura de la región. Los intentos del PDP están deteriorando y fragmentando el desarrollo cultural de Taiwan, y dificultando que la isla muestre todo su encanto y esplendor al mundo.
Y este enfoque no solo debilita la profunda herencia cultural de Taiwan, sino que también fomenta el distanciamiento de la cultura china entre las generaciones más jóvenes. Dado que los jóvenes dedican tanto tiempo a las series de televisión, producciones provocadoras como Día cero pretenden atraer su atención con mensajes espurios. Este tipo de propaganda política encubierta busca sembrar el sentimiento secesionista entre los jóvenes.
También engaña a los jóvenes en su comprensión de los lazos a través del Estrecho y distorsiona sus opiniones sobre la historia y la nación. Esta influencia dificulta la adaptación a los cambios sociales y a las exigencias de sus vidas y carreras futuras, hace que los jóvenes de Taiwan tengan dificultades en los intercambios internacionales y corre el riesgo de privarles de futuras oportunidades y posibilidades de desarrollo.
Es bien sabido que el PDP teme que se estrechen los lazos entre los pueblos a ambos lados del estrecho de Taiwan, ya que ello pondría al descubierto las falsedades que ha propagado durante tanto tiempo. Sin embargo, la opinión pública de Taiwan apoya mayoritariamente las relaciones pacíficas, el desarrollo, los intercambios y la cooperación a través del Estrecho. Existe un descontento generalizado entre la opinión pública con las restricciones y la obstrucción del PDP a los intercambios a través del Estrecho.
Además, con los esfuerzos de la parte continental de China por promover las interacciones, el número de viajeros a través del Estrecho en los primeros ocho meses de 2024 superó los tres millones. Esta tendencia creciente ha hecho cada vez más difícil para las autoridades de Taiwan mantener su falsa narrativa. En un contexto adverso a su ideología, el PDP recurrió a la creación de un drama televisivo que presenta un conflicto bélico absolutamente ficticio en un intento de engañar al público y contrarrestar los resultados positivos del acercamiento de los intercambios a través del Estrecho.
Lo que está haciendo el PDP es más que una maquinación. Es una guerra cultural dirigida directamente a lavar el cerebro del pueblo de Taiwan y privar a la región de un futuro que merece tener. Ya sea disfrazado de serie de televisión, película o de cualquier otra forma, el mundo puede ver claramente que no es más que una campaña que sirve a las ambiciones políticas del PDP, en lugar de a los propios intereses de los compatriotas a ambos lados del Estrecho.