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La Gala de la Fiesta de la Primavera: Cultura, innovación y familia
CGTN Español

Gabriel Salgado, comentarista de CGTN Español

El próximo 28 de enero a las 8 en punto de la noche, hora de Beijing, miles de millones de televisores, ordenadores, tabletas y teléfonos móviles de China y de todo el mundo sintonizarán el espectáculo audiovisual más visto de la historia de la humanidad: la Gala de la Fiesta de la Primavera del Grupo de Medios de China. Desde su primera emisión en el año 1983, la gala ha evolucionado y reflejado el crecimiento económico del país, así como las transformaciones en la sociedad y la cultura, y se ha convertido en un clásico familiar durante la fecha más importante del calendario chino. Además, en los últimos años se ha esforzado por representar a la cultura china de la manera más auténtica y por invitar a más espectadores de todo el mundo a compartir la alegría de esta celebración.

En un país con una historia milenaria y tradiciones ancestrales, Chunwan, como se conoce popularmente a esta gala en el país, es una tradición relativamente joven, que se ha instalado a fuerza de mantener su actualidad, conseguir capturar en unas pocas horas la atención de varias generaciones al mismo tiempo, y simbolizar la llegada del Año Nuevo chino, con todo el significado que esta celebración tiene. Para las generaciones mayores, la Gala también rememora un momento importante de la historia del país en el que el proceso de reforma y apertura de China estaba apenas en sus albores, y el inicio de un proceso de transformaciones sociales sin precedentes. Para las generaciones jóvenes, cada Gala les recuerda a los seres queridos de su infancia con quienes la miraron por primera vez, las situaciones en las que la Gala fue un punto de atención o un ruido de fondo, incluso los sabores y las fragancias que la acompañaban.

La Gala de la Fiesta de la Primavera es fundamentalmente una combinación variada de espectáculos dramáticos reunidos alrededor de la temática del Año Nuevo chino.

La Gala de la Fiesta de la Primavera es fundamentalmente una combinación variada de espectáculos dramáticos reunidos alrededor de la temática del Año Nuevo chino y del signo zodiacal que lo representa. La música y la danza, tanto tradicional como contemporánea, ocupan un lugar fundamental desde el comienzo. La comedia se incorporó después y se convirtió en un clásico inmediato.

Pluma (35), nacida en 1990, recuerda su primera Gala de la Fiesta de la Primavera antes del fin de siglo en una aldea rural de las afueras de Shanghai de donde su abuelo era oriundo. Según recuerda, los pobladores de la aldea todavía no habían sido reubicados en urbanizaciones, cada familia tenía su propia huerta e intercambiaban sus cosechas. Las casas eran de barro cocido y el dispositivo que proyectaba la gala (para toda la aldea) era un televisor de tubo en blanco y negro que apenas se escuchaba, en parte por la calidad de la señal y en parte por el bullicio (en shanghainés) de familiares y vecinos conversando e intercambiando saludos. La primera vez que se sentó a ver la gala la acompañaba un banquete de pepinos recién cosechados por sus vecinos: El postre posterior a la comida guisada por el abuelo, que, frente a todo estereotipo y presión social, es todavía recordado como el mejor cocinero de la familia. Este ambiente modesto pero animado y cálido contrasta con los sitios de construcción urbanos donde los padres de Pluma trabajaban y vivían. En las ciudades no se vivía según los ciclos de las cosechas y las estaciones, sino al ritmo del concreto y las excavadoras, de los buques y los contenedores. Del progreso económico. De la nueva China.

El fenómeno de la Gala de la Fiesta de la Primavera es inseparable del proceso de urbanización, educación y alfabetización que transformó a la sociedad china y cuyos frutos eran ya evidentes en la década de los 2000. La reducción en el tamaño de las familias y el traslado a viviendas modulares y apartamentos también provocó un cambio en la manera de festejar esta tradicional fecha, y esta gran gala televisiva también ocupó nuevos tiempos muertos y silencios.

El año 2008 marcó el final de la historia de aquella aldea de Shanghai, sus pobladores reubicados en edificios modernos de concreto dentro de urbanizaciones para hacer lugar a la ampliación de lo que es hoy uno de los aeropuertos más modernos y de mayor capacidad del mundo: el Aeropuerto Internacional de Pudong. También coincide con una de las galas más memorables, ya que China estaba a punto de albergar sus primeros Juegos Olímpicos. Tanto jóvenes como mayores recuerdan este momento como una instancia fundamental en la que aquella nueva China se ponía en el foco de atención de todo el mundo. Ese año además coincidió con el invierno más frío registrado en 40 años. 

Ámbar (24), nacida justo en el año 2000 en una familia de etnia kazaja residente en Urumqi recuerda el Año Nuevo chino de 2008 por dos elementos: las mascotas de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y la nieve que caía no sólo en la ciudad, sino sobre el desierto de Taklamakan, causando sorpresa y asombro en toda la región autónoma uigur de Xinjiang. En su experiencia, a pesar de que su familia no celebraba el Año Nuevo chino como tal, terminaban realizando los mismos rituales que sus vecinos de la etnia han: limpiar el hogar en profundidad, reunirse en familia, recibir sobres rojos de los mayores, pasear en bicicleta con los amigos, y finalmente también desearse mutuamente lo mejor para el siguiente año. La Gala de la Fiesta de la Primavera también tenía su lugar en su hogar, aunque no sería hasta la edición de 2024 que este acontecimiento televisivo se ganaría un lugar en sus corazones. Y es que en los últimos años, el Grupo de Medios de China ha adoptado una política más inclusiva en la caracterización e incorporación de los números de la gala, y se han empezado a organizar partes del espectáculo en sedes secundarias. Gracias a esta innovación, Chunwan viajó a Xinjiang, particularmente a la histórica ciudad de Kashgar, donde el número principal incluyó un despliegue cultural de todo lo que esta rica región autónoma tiene para ofrecer. Ámbar destaca la participación de estrellas locales como el cantante de rap, Ai Re, y el actor Yu Menglong representando también la cercanía y la integración de la región con el resto de la cultura nacional. 

Fénix (30) originaria de la provincia de Guangdong, destaca que la incorporación y representación de toda la diversidad que caracteriza a la sociedad y la cultura china fue progresiva, y desde el centro hacia las periferias. Ríe al referirse a las galas de finales de finales de los 90 como “muy norteñas”, y revive lo difícil que le resultaba entender los pasajes y espectáculos más dialogados, en especial los chistes de los sketch cómicos, caracterizados por su velocidad y dobles sentidos. La inclusión de nuevas sedes ha permitido ampliar la diversidad de voces y ha permitido a la Gala lograr una gran autenticidad, interpelando a todo tipo de públicos. Los números dialogados también han ampliado sus abanicos temáticos, y hoy en día suelen tratar temas que afectan a la vida moderna en general, como las relaciones familiares o laborales, o la incorporación de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana.

La innovación tecnológica también ha sido una constante en la organización de las galas, tanto por vocación como por necesidad. Lechuza (26) nació en Qingtian, provincia de Zhejiang, pero vive en España desde su infancia. Para su familia, la transmisión de la Gala de la Fiesta de la Primavera por Internet que se inició en 1999 abrió la posibilidad de mantener el vínculo con la celebración tradicional del Año Nuevo y un estrecho diálogo cultural con China aún estando en el extranjero. Hoy en día, a las tecnologías de la información y la comunicación se le suman muchas otras: la gala se transmite en 8K, y sus intrincados sistemas de iluminación, sonido y rodaje también hacen uso de las últimas tecnologías de realidad virtual, realidad aumentada e inteligencia artificial. 

La Gala de la Fiesta de la Primavera se ha transformado a través de los tiempos, pero sin dejar de retratar el año que pasó, y de celebrar las tradiciones del pueblo chino y su identidad.

La Gala de la Fiesta de la Primavera se ha transformado a través de los tiempos, pero sin dejar de retratar el año que pasó, y de celebrar las tradiciones del pueblo chino y su identidad. Muchos dentro y fuera de China la esperan para recordar el año que se fue, con sus alegrías, sus risas, sus pérdidas y sus tristezas, y también para proyectar el año que sigue, con esperanza, con proyectos y con sueños de futuro. 

Hoy en día, los escenarios cada vez son más amplios, reflejando también la inclusión de nuevas voces, y atrayendo a cada vez más gente a formar parte de esta fiesta que este año ha sido reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. A su vez, el Grupo de Medios de China ha logrado incorporar poco a poco una perspectiva global más inclusiva y acogedora para una audiencia global, como se vio en la edición 2024 en la que participaron con saludos o actuaciones países tan diversos como Indonesia, Francia, Grecia, Serbia, Egipto, Nueva Zelanda, Tanzania, Kazjistán o Argentina.

Y como todos los años, el próximo 28 de enero después de asistir a la máxima excelencia que China tiene para ofrecer en música, danza, escenografía, tecnología, acrobacia, ópera tradicional, artes marciales y otras muchas expresiones del patrimonio cultural intangible, sonará “Una velada inolvidable” para despedir una nueva Chunwan como cada año desde hace 43 años, y el mundo podrá recibir al Año Nuevo de la Serpiente y continuar con esta tradición milenaria.