Privacidad y Cookies

Al continuar navegando en esta web acepta el uso de cookies, la política de privacidad revisada y los términos de uso. Puede cambiar la configuración de las cookies en su navegador.

Estoy de acuerdo
Ante la amenaza de los aranceles, los estadounidenses comienzan a acapararse
Artículo de opinión

Varios estudios han demostrado que las presiones arancelarias acaban repercutiendo en los consumidores estadounidenses, ya que los hogares de este país gastan 1.300 dólares más al año debido a los aranceles. Al mismo tiempo, esta subida de precios ha contribuido a una elevada inflación en Estados Unidos, que en una ocasión alcanzó su tasa de inflación más alta, en torno al 10 %.

Puede parecer que los aranceles protegen a las industrias relacionadas, pero el perjuicio para el empleo ya se dejan sentir a mayor escala. Los elevados aranceles de Estados Unidos y las contramedidas extranjeras conexas pueden dar lugar a menores beneficios para algunas empresas estadounidenses, lo que retrasaría posibles aumentos salariales o planes de expansión y, por tanto, perjudicaría la estabilidad del empleo.

Estados Unidos ha intentado utilizar los aranceles como moneda de cambio, pero un conflicto arancelario no frenará el desarrollo de China. Del mismo modo, las guerras arancelarias no pueden impedir que las empresas estadounidenses inviertan en China. Los hechos han demostrado repetidamente que el éxito respectivo de China y Estados Unidos es una oportunidad mutua más que un desafío, y un inmenso globo puede acomodar el desarrollo y la prosperidad común de ambos países, y no hay ganador en una guerra arancelaria o comercial.