En Venezuela esperan con gran expectativa la toma de posesión del próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por las posibles sanciones contra la industria petrolera. Al mismo tiempo, Venezuela está fortaleciendo su rol en la OPEP y sigue consolidando alianzas con otros mercados internacionales.

Uno de los invitados principales durante la reciente toma de posesión del presidente Maduro en Venezuela, fue el secretario general de la Organización de Países Productores de Petróleo, OPEP, quien se reunió con el mandatario para reiterar el rol de Venezuela como estabilizador del mercado mundial, con miras al incremento de su producción.

Alejando Terán, director de la Asociación Latinoamericana de Empresarios de Petróleo de Texas, es optimista sobre el futuro de Venezuela y cree que en 2025 puede llegar a dos millones de barriles y en 2026 alcanzar su producción promedio de tres millones. Plantea que las condiciones están dadas, tanto de reservas, como de infraestructura.

Sin embargo, la producción ha mermado durante los últimos años, por efecto directo de las sanciones que viene aplicando Estados Unidos por casi una década, que afectaron también a las propias empresas estadounidenses con operaciones de décadas en el país.

En el nuevo contexto geopolítico, de demanda energética global, de incertidumbre por conflictos en diversas regiones, los analistas plantean que Venezuela puede retomar su rol de equilibrio de los mercados. Los ojos están puestos en el próximo Gobierno de Donald Trump y su relación con el Gobierno de Maduro.

Venezuela tiene las principales reservas de petróleo del mundo, lo que lo convierte en un actor clave del mapa energético mundial.