(Por Zhong Ling, investigadora china de asuntos internacionales)

Retumbando las campanadas del año 2025, los chinos en diferentes partes del mundo ya estamos preparando la celebración de Chun Jie (Festival de Primavera, el próximo 29 de enero), conocido como el Año Nuevo chino, el de la serpiente este año.
Según el calendario lunar, el primer día del primer mes es el Festival de Primavera, el comienzo del nuevo año. La fecha del mencionado primer día puede variar cada año y generalmente cae en enero o febrero del calendario gregoriano. Y los doce signos que corresponden a los años también se turnan según el zodíaco chino. Es un momento propicio para despedir el pasado, reunirse con la familia y rezar por la buena suerte, la paz y la armonía.
La gente se ocupa en hacer compras para la fiesta y limpiar las casas. Pone en las ventanas o paredes caligrafías o recortes del caracter chino Fu (Felicidad) y, en las puertas, linternas y Chun Lian (Parejas del Festival de Primavera, cuyo origen se remonta a los antiguos símbolos de madera del árbol de melocotón con imágenes de santos para ahuyentar los males), todos pintados de un brillante color rojo.
Acompañados de los sonidos de petardos o fuegos artificiales, los familiares congregados preparan y disfrutan de los platos típicos de la última noche del año que se finaliza. Son abundantes y diferentes según las regiones y cada uno tiene un significado especial. Uno de ellos es Jiao Zi (ravioles, referente fonéticamente al “cambio de la hora y el año”) y el otro, Nian Gao (pastel hecho de arroz pegajoso, que prevee la "prosperidad año tras año").
También hay actividades para rendir homenaje a los antepasados y de salutación (llamado Bai Nian específicamente) a los parientes y amigos. Los niños son los más felices, pues reciben las bendiciones y el tradicional Ya Sui Qian (Dinerito del Año Nuevo) en el famoso Hong Bao (sobrecito rojo) después de expresar respetuosamente a los mayores los mejores deseos del Año Nuevo.
En el ámbito social, la gente concurre a las Miao Hui (ferias tradicionales de comidas típicas y demostraciones folclóricas incluídas las más conocidas Danzas de Dragones y de Leones) para disfrutar merecidamente unos días de feriado relajado después de un año de duro trabajo.
Es la fiesta tradicional más importante de la Nación China y una de las manifestaciones más emblemáticas de esta cultura milenaria oriental. Regresar a casa, conmemorar a los antepasados y dar la bienvenida al nuevo año son elementos imprescindibles que reflejan plenamente el valor humano de los chinos y su conciencia sobre la renovación del tiempo. Encarna un concepto de valor consistente en la simbiosis armoniosa entre el hombre y la naturaleza y la convivencia armoniosa entre las personas. No solo es un símbolo de reunión familiar, alegría y paz, sino también una convergencia emocional y un vínculo espiritual traducidos en una gran cohesión que alimenta a la Nación China durante miles de años.
Donde hay chinos, se celebra el Festival de Primavera. La celebración de la fiesta se extiende por el mundo debido a los intercambios comerciales entre China y el extranjero y los movimientos de los chinos en el ultramar.
En la época colonial de la historia universal, millones de chinos fueron enviados a trabajar como culíes a diferentes lugares del mundo. A las Américas, los primeros migrantes chinos en gran grupo llegaron a mediados del siglo IXX, seguidos de miles de conacionales posteriormente. Fueron obligados a trabajar para la construcción de los ferrocarriles, el Canal de Panamá, en las minas y las haciendas, etc.. Eran víctimas de todo tipo de sufrimientos y muchos de ellos nunca volvieron a su lejana tierra de origen. Los sobrevivientes se radicaron y finalmente lograron integrarse a la sociedad local después de años y años de ardua lucha superando múltiples dificultades y penalidades.
Herederos de un pueblo honrado, respetuoso, perseverante, laborioso, bondadoso y amigable, los migrantes chinos no se rinden ante los desafíos y adversidades a pesar de los inconvenientes en un lugar desconocido. De generación en generación, con su talento y dedicación, obtienen innumerables éxitos en diversas áreas, tales como la economía, el comercio, la ciencia, la tecnología, la cultura, la educación, la medicina, las artes, los deportes, etc., aportando enormes contribuciones al desarrollo y progreso de los países de América.
Nunca pierden su propia identidad cultural y siempre buscan convivir con otras culturas. Sirven como puente de intercambio y cooperación entre China y las Américas y forman parte de los protagonistas de un encuentro de diferentes culturas.
Las expresiones culturales más arraigadas de los chinos en el ultramar se percaptan en el Festival de Primavera. Además de aquellos festejos tradicionales que sus paisanos desarrollan en la tierra madre, generalmente se reúnen por asociaciones y las toman como una gran familia. Hacen visitas a los mayores y paisanos en condiciones difíciles y les entregan víveres o dinero. A sus hogares y tiendas los visten de rojo y venden mercancías con rebajas. Preparan comidas, funciones artísticas y fuegos artificiales para las veladas en la Noche Vieja, incluso ferias, desfiles y danzas durante los días del feriado. Invitan a autoridades, amigos y el público locales a compartir los festejos.
A medida que aumenta el número de los chinos en el extranjero, el Festival de Primavera chino "florece" en toda parte del Planeta. Hoy en día, ya no es una tradición exclusiva de los chinos, sino cada vez más como un festival mundial. Casi 20 países y regiones del mundo toman el Año Nuevo Lunar como un día festivo legal y lo celebra alrededor de una quinta parte de la población mundial.
En diciembre de 2023, el Festival de Primavera de China fue declarado día festivo de las Naciones Unidas. Y el 4 de diciembre de 2024, "Festival de Primavera - Práctica Social de los Chinos para Celebrar el Año Nuevo Tradicional" fue inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
El Festival de Primavera lleva en sí el ADN cultural y emocional de la Nación China y alberga también el anhelo por una vida mejor, destacando los valores comunes de la Humanidad, como la unión y armonía familiar, la inclusión y unidad social y la coexistencia armoniosa entre el hombre y la naturaleza. Por lo tanto, despierta el interés y entusiasmo de personas de diferentes nacionalidades y orígenes culturales a participar en los festejos.
"Entre sonidos de los petardos se inicia un nuevo año,
con la brisa primaveral calentando Tusu el licor en su honor.
Miles de hogares bañados en las luces del sol naciente,
se colocan los símbolos de melocotón nuevos replazando los antiguos."
Un poema chino titulado "Primer Día" de la Dinastía Song del siglo XI describe las escenas de los festejos.
Aproximándose los pasos del Festival de Primavera, las comunidades chinas están decoradas con luces. Edificios emblemáticos en muchos países brillan con el "rojo chino". Y los fuegos artificiales, comidas, ferias, danzas se presentarán pronto.
Inmersos en un ambiente festivo y saboreando estos versos maravillosos, nos reunamos para compartir la alegría y la esperanza. Levantemos la copa para dar la bienvenida a un nuevo año, deseando felicidad y prosperidad a toda la humanidad. Abrazemos uno al otro y, mano a mano, aunemos esfuerzos por construir un futuro mejor. ¡Feliz Año Nuevo!