La Conferencia de Seguridad de Múnich entra el 16 de febrero en su tercer y último día de sesiones. 

Desde el día 14, los debates se han centrado en gran medida en los planes de Washington para Ucrania, así como en las disputas sobre la participación de Europa en las conversaciones de paz. En la primera jornada de reuniones, el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, criticó duramente a los aliados europeos, acusándoles de restringir la libertad de expresión al no contar con la presencia de los partidos de extrema derecha alemanes, a lo que Alemania respondió denunciando lo que califica de injerencia estadounidense en sus asuntos internos. 

En este contexto de confrontación, el evento tuvo que hacer frente también a una serie de manifestaciones en señal de protesta por el papel de la OTAN y la nueva entrega de armas a Ucrania.