Los robots humanoides han experimentado un rápido progreso en los últimos años, a medida que los gigantes tecnológicos y las startups intensifican sus esfuerzos para impulsar la industria. Como centro de innovación de China, Shenzhen reúne a los principales proveedores de hardware y software, junto con aplicaciones del mundo real para poner a prueba estos robots. CGTN visita la ciudad para conocer de primera mano su rápido crecimiento y el futuro del sector. 

Atrapar una pelota de tenis, abrir un refresco e incluso dar volteretas. Lo que antes parecía ciencia ficción se está convirtiendo en realidad. Aquí en Shenzhen, el centro tecnológico de China, la industria de la robótica humanoide está en auge.

Cuando se le da un empujoncito, no solo se cae ni pierde el equilibrio. Se ajusta rápidamente por sí mismo, sabiendo al instante lo que pasó, en una reacción subconsciente. Esta rápida respuesta se debe a algoritmos de equilibrio y a un diseño de hardware de vanguardia. Y al hacer que su tecnología sea de código abierto, la empresa EngineAI cree que puede acelerar el progreso haciendo que participen más actores.

Estos robots humanoides han dado grandes saltos en pocos años, gracias al crecimiento impulsado por la IA. Y no es solo una empresa la que hay en la ciudad. Hay otros actores del mercado como Ubtech, una firma con sede en Shenzhen que cotiza en la Bolsa de Hong Kong. Saltó a los titulares cuando sus robots insignia protagonizaron su salida a bolsa a finales de 2023. Aun así, el camino no es fácil. Se necesita una normativa más estandarizada para integrar los robots humanoides en los sistemas existentes. También está el reto de conseguir capital y los mejores ingenieros para mantenerse en cabeza en esta carrera de altos vuelos.

Empresas como EngineAI afirman que gran parte de su éxito en este momento proviene del próspero ecosistema tecnológico de Shenzhen. Aquí, algunas de las empresas tecnológicas más grandes del mundo están a solo unas manzanas de distancia, lo que hace que sea fácil trabajar en equipo y hacer las cosas rápidamente. Esa proximidad también ayuda a reducir los costes de investigación y desarrollo, una ventaja clave en un campo tan competitivo.