El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, viajó a Washington con la esperanza de obtener garantías concretas de seguridad por parte de Estados Unidos. A cambio, ofrecía el acceso a riquezas minerales y tierras raras ucranianas, en un pacto que, según el presidente estadounidense, Donald Trump, sentaba las bases de un posible acuerdo de paz con Rusia.

De buen inicio, el actual inquilino de la Casa Blanca exigió a Ucrania nada menos que una participación por valor de 500.000 millones de dólares en tierras raras y otros minerales ucranianos a cambio de ayuda militar e inversiones para la reconstrucción, un acuerdo que para Zelenski significaba, básicamente, “vender” el país. Posteriormente, rebajó la cifra a 350.000 millones de dólares. Trump aseguró que el monto en cuestión equivale a la suma que, hasta el momento, Estados Unidos ha destinado a Ucrania en concepto de ayuda militar. Sin embargo, esta cifra se aleja, y no poco, de la realidad. Distintas fuentes, entre departamentos federales estadounidenses y grupos de reflexión, señalan que, desde 2022, Estados Unidos ha aprobado paquetes de ayuda a Ucrania por valor de entre 110.000 y 180.000 millones de dólares, parte de los cuales, por cierto, aún no han llegado al país europeo.
A pesar de la evidente vaguedad del acuerdo y de las falsedades que lo sustentan, Zelenski aceptó participar en las negociaciones al ser consciente de la posición de debilidad en la que se encuentra su país, circunstancia de la que quiso aprovecharse Trump. Este viernes, 28 de febrero, Trump y Zelenski debían escenificar en el Despacho Oval de la Casa Blanca la firma del citado pacto sobre minerales. En vez de ello, ambos mandatarios intercambiaron reproches en una escena inédita y retransmitida en directo por televisión.
Vestido con su habitual atuendo de tonos militares, el líder ucraniano censuró los recientes intentos de diálogo entre Estados Unidos y Rusia -sin la participación de Ucrania- y advirtió de las consecuencias futuras de una prolongación de la crisis. Trump, por su parte, acusó a Zelenski de poner en riesgo la vida de millones de ucranianos y hasta de jugar con la Tercera Guerra Mundial. Al mismo tiempo, su vicepresidente, JD Vance, tildaba de ingrato al líder ucraniano, a quien exigió que diera las gracias a Estados Unidos por su asistencia militar, algo que Zelenski ya lleva tres años haciendo. La delegación ucraniana abandonó la Casa Blanca sin firmar el acuerdo. Tras el caótico encuentro, el presidente estadounidense aseguró que su homólogo ucraniano no está preparado para la paz. Éste, cortés, se limitó a dar las gracias a Estados Unidos por su apoyo desde la red social X.
Trump y Vance ni siquiera se molestaron en disimular que no tenían intención alguna de negociar con Zelenski en condiciones de igualdad. Washington busca obtener réditos económicos del error ajeno y no se esconde. Solo cabe recordar el obsceno video que, recientemente, Trump colgó en Truth Social, en el que podía verse una Franja de Gaza sin palestinos convertida en un complejo turístico.
Para más inri, la actual Administración estadounidense pretende dejar fuera de las negociaciones a la Unión Europea, en un gesto que, sumado a las constantes amenazas arancelarias, no ha hecho más que ahondar en las divisiones entre ambos lados. El presidente francés, Emmanuel Macron, convocó hasta dos reuniones de urgencia con múltiples líderes europeos tras las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia en Riad. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, reaccionó al desencuentro entre Zelenski y Trump elogiando la dignidad del pueblo ucraniano, al tiempo que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reafirmaba el apoyo de España a Ucrania.
La crisis en Ucrania se resolverá si todas las partes implicadas participan en negociaciones basadas en el respeto mutuo y la igualdad, y no gracias a acuerdos unilaterales sustentados en falsedades, intimidaciones y amenazas.