Shenzhen es la potencia tecnológica de China y está poniendo en marcha un fondo de 10.000 millones de yuanes, o 1.400 millones de dólares estadounidenses, para impulsar la innovación en la inteligencia artificial y robótica. El objetivo es consolidar el liderazgo mundial de Shenzhen en el sector tecnológico.
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Imagine robots humanoides dando volteretas frontales, coordinándose con carretillas elevadoras autónomas o realizando múltiples tareas en entornos dinámicos. Esto no es ciencia ficción, es la realidad de Shenzhen, ciudad que domina el sector de la robótica en China.
Las cifras lo dicen todo: 51.100 empresas relacionadas con la robótica, y una producción de la cadena industrial robótica de 179.700 millones de yuanes, o 25.000 millones de dólares estadounidenses.
La clave se encuentra en un ecosistema autosuficiente. En un pequeño mercado de electrónica, las piezas de los robots se venden muy fácilmente, porque son rápidas, baratas y a medida según la demanda.
Un libro blanco de 2023 sobre el desarrollo industrial de la robótica en Shenzhen afirma que el 80 % de los componentes del parque industrial del distrito de Bao'an se obtienen en un radio de 50 kilómetros, lo que reduce los costes en un 30 %.
Con una promesa del Gobierno de 10 mil millones de yuanes, o 1.400 millones de dólares estadounidenses, para crear el mejor ecosistema de innovación sci-tech, Shenzhen está cambiando de marcha.