En 1999, el director Ang Lee eligió la pintoresca aldea de Hongcun como telón de fondo para una de las secuencias más icónicas de “El tigre y el dragón”. En ella, Li Mubai, el protagonista ataviado con una túnica tradicional, avanza con aplomo junto a su caballo bajo el arco de entrada de la aldea, rodeado de lagunas serenas y frondosas montañas, una escena que captura el anhelo del personaje por una vida sencilla y contemplativa.

El estreno mundial de la película en el año 2000 catapultó a la fama internacional a este rincón de la provincia de Anhui. Ese mismo año, tanto Hongcun como su vecina Xidi —dos joyas de la arquitectura rural china— fueron incluidas en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, todo un hito pues era la primera vez que pueblos tradicionales de China recibían este reconocimiento.

Fundada hace más de nueve siglos, la aldea de Xidi alberga 124 viviendas y tres imponentes salones ancestrales que datan de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1912). Sus calles empedradas, flanqueadas por muros blancos y tejados de oscuras tejas, reflejan la elegancia sobria de la arquitectura huizhou.


Hongcun, por su parte, tiene más de 800 años de historia, y cuenta con una red de canales que serpentean entre sus 140 edificios antiguos, lo que crea un efecto de espejo que duplica la belleza de sus estructuras en el agua.
La Unesco destacó que ambas aldeas tradicionales“han conservado el aspecto característico de las poblaciones rurales que, en su mayoría, han desaparecido o se han transformado en el último siglo. El trazado de las calles, su arquitectura y ornamentación, así como la red general de abastecimiento de agua para las casas, son reliquias del pasado únicas en su género”.