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¿Son "productos estadounidenses" o "males estadounidenses" lo que los europeos boicotean?
Actualizado 2025-03-13 05:22 GMT
Artículo de opinión

¿Comprar productos estadounidenses o no? Para los europeos, esto ha sido un dilema inusual.

Durante mucho tiempo, Europa y Estados Unidos han sido aliados íntimos. Entonces, ¿por qué esta vez los europeos están boicoteando los productos estadounidenses con tanta firmeza?

La causa directa radica en las declaraciones de EE. UU. sobre Groenlandia. Incluso antes de asumir formalmente la presidencia del país, Donald Trump ya había expresado su deseo de adquirir la isla, administrada por Dinamarca, y afirmó que no descartaría el uso de la fuerza. Para los ciudadanos europeos, esto representa una interferencia injustificada de EE. UU. en la soberanía de otro país.

Otro motivo importante son los aranceles, los cuales están estrechamente relacionados con la vida de los ciudadanos europeos. En febrero de este año, la UE envió a funcionarios comerciales a Washington para iniciar conversaciones con el objetivo de enfrentar una inminente guerra comercial entre EE. UU. y Europa. Sin embargo, la administración de Trump no mostró ninguna consideración hacia su aliado transatlántico. El 12 de marzo, entró en vigor la medida estadounidense de imponer un arancel del 25 % a todas las importaciones de acero y aluminio. Como la segunda mayor fuente de suministro de acero para EE. UU., la UE sufrirá un gran sacrificio. Ese mismo día, la Comisión Europea anunció que, a partir del próximo mes, impondría aranceles de represalia sobre productos estadounidenses por un valor de 260 mil millones de euros.

La soberanía, la seguridad y la economía -los tres intereses fundamentales que más valora Europa- están enfrentando amenazas, humillaciones y chantajes por parte de EE. UU. De hecho, no resulta sorprendente que algunos análisis señalen que, los europeos están boicoteando "productos estadounidenses" a primera vista, pero en realidad están rechazando los "males" creados por EE. UU. en Europa.

Para los políticos estadounidenses, esta campaña de boicot es una llamada de alerta. Desde que el nuevo gobierno asumió el poder, ha agitado arbitrariamente el garrote de los aranceles, lo que ha provocado la oposición y las represalias de numerosos países. Si la campaña de "boicot a los productos estadounidenses" se intensifica, las empresas de EE. UU. serán las más perjudicadas. Además, tras sucesivas rondas de represalias o contraataques, el sistema de comercio multilateral podría verse completamente destruido.

Asimismo, los líderes europeos deben reflexionar aún más: el movimiento espontáneo de "boicot a los productos estadounidenses" de los ciudadanos no es sólo una selección de consumo, sino también una protesta contra la hegemonía y el acoso de EE. UU., así como una clara demanda y expresión del deseo de Europa de alcanzar una mayor autonomía estratégica. La "amistad de plástico" entre los aliados transatlánticos ya está llena de grietas. Por lo tanto, si Europa no busca una verdadera autonomía estratégica, es probable que los "males estadounidenses" sigan llegando uno tras otro.