El 13 de marzo, Lai Ching-te, líder de la región china de Taiwan, convocó una llamada "reunión de alto nivel sobre seguridad nacional". Durante su discurso, volvió a difundir falacias secesionistas, afirmando falsamente que "Taiwan es un país democrático y soberano". Además, exageró las supuestas "cinco grandes amenazas" provenientes de la parte continental de China y presentó las llamadas "17 estrategias".

Lo más perverso de sus declaraciones fue referirse a la parte continental de China como una "fuerza hostil extranjera". Sus supuestas contramedidas, que incluyen restablecer el sistema de juicios militares, inspeccionar los documentos de los taiwaneses en ciertas profesiones, gestionar los riesgos en los intercambios entre ambas partes y modificar la estructura económica y comercial a través del estrecho, han generado gran inquietud entre la población de la isla.
Lai Ching-te llevaba tiempo preparando esta "bomba peligrosa". En los casi diez meses desde que asumió el cargo, su gestión ha sido deficiente y ha sumido a la región china de Taiwan en un estado de deterioro, generando un profundo descontento entre su población. Para desviar la atención de sus fracasos internos, ha exagerado la supuesta amenaza de una "reunificación forzada" por parte de la parte continental. Además, ha instaurado un clima de "terror verde" para reprimir a sus opositores y llevar a cabo una purga dentro de la isla, con el claro propósito de consolidar su poder.
Desde una perspectiva externa, la nueva administración de Estados Unidos ha adoptado una postura más cautelosa sobre la cuestión de la región china de Taiwan, evitando comprometerse públicamente con la "protección de su seguridad". Además, el drástico cambio en la actitud de Washington frente a la crisis en Ucrania ha sumido a Lai Ching-te en un estado de ansiedad y temor, pues teme que Taiwan también sea tratado como una pieza desechable.
El principio de una sola China es un consenso ampliamente reconocido por la comunidad internacional. Hasta la fecha, 183 países han establecido relaciones diplomáticas con China sobre esta base. Sin embargo, en los últimos años, las autoridades del Partido Progresista Democrático (PPD) en la región china de Taiwan han perdido diez de sus llamados "aliados", lo que ha reducido drásticamente su margen de maniobra en el ámbito internacional y ha dejado a Taiwan en una situación cada vez más precaria.
El 14 de marzo, la parte continental de China conmemoró el vigésimo aniversario de la implementación de la Ley Antisecesión. Esta legislación establece que "el Estado jamás permitirá que las fuerzas secesionistas de la 'independencia de Taiwan' separen a Taiwan de China, bajo ningún nombre ni por ningún medio". Asimismo, reafirma que "la resolución del problema de la isla de Taiwan y la reunificación de la patria son asuntos internos de China, sin admitir injerencia de fuerzas extranjeras". La ley no solo brinda una base legal sólida para combatir el secesionismo y la interferencia externa, sino que también representa una garantía fundamental para la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwan.
¿Cómo se resolverá finalmente la cuestión de Taiwan? La parte continental de China ha dejado clara su postura desde hace tiempo: está dispuesta a hacer todo lo posible y mostrar la mayor sinceridad para lograr una reunificación pacífica. Sin embargo, si las fuerzas secesionistas de la "independencia de Taiwan" provocan, presionan o incluso cruzan la línea roja, China no tendrá más opción que tomar medidas contundentes.