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Usar el narcotráfico como arma económica no salvará a EE. UU.
CGTN Español

"Hoy, he implementado un arancel del 25 % sobre las importaciones de México y Canadá (10 % sobre la electricidad canadiense) y un arancel adicional del 10 % sobre China." El primer día de febrero de 2025, Donald Trump, el presidente reelegido de EE. UU., ha decidido agitar su nueva ronda de mandato con el enorme garrote de los aranceles, envuelto en el plástico del fentanilo, y oscilándolo hacia México, Canadá y China, como si estuviera esperando romper una piñata y obtener un montón de caramelos. El 4 de marzo entraron en vigor estos aranceles, cumpliendo la amenaza, ¿pero solucionará esta medida realmente los problemas del país?

Declaración en redes sociales de Donald Trump, presidente de EE. UU., sobre la nueva ronda de aranceles impuestos a México, Canadá y China, el 1 de febrero.

El fentanilo, señalado por Trump como culpa de otros países, es un potente opioide sintético utilizado como analgésico. En realidad, el narcotráfico en EE. UU. es un problema persistente que afecta no solo al país, sino también a sus vecinos en América y al mundo entero. En 1971, el presidente Richard Nixon fue el primero en declarar la guerra contra las drogas. En las décadas siguientes, los políticos estadounidenses continuaron desregulando el control sobre las drogas y abogando por el fin de dicha guerra. 

Según American Addictions Centers (2024), el abuso de drogas cuesta a EE. UU. más de $740 mil millones anuales en productividad perdida.

Sin embargo, los resultados no han cumplido con las expectativas. “El fentanilo es la principal causa de muerte de los estadounidenses de entre 18 y 45 años.” Así lo afirmaba la Casa Blanca recientemente en la red social X. El aumento de las incautaciones de fentanilo en Latinoamérica es preocupante. De acuerdo con la organización sin fines de lucro, InSight Crime, la región ha experimentado un incremento notable en incautaciones, afectando especialmente a países como Costa Rica, Argentina, Colombia, Panamá, Ecuador, Brasil y Venezuela.

Quizás los políticos de EE. UU. no están solucionando su problema interno de narcotráfico como se hubiera debido hacer, sino utilizando esta situación como una vaca lechera. Los nuevos aranceles en vigor desde el 4 de marzo, junto con nuevos gravámenes sobre productos chinos, podrían trabar el crecimiento económico nacional y contribuir a la alta inflación que sus ciudadanos han enfrentado durante años. En un artículo recién publicado, la BBC indicó que “Trump también ha dicho que considera los aranceles no solo como una herramienta para lograr objetivos de política, sino como una fuente permanente de ingresos para EE. UU. y un medio para financiar programas gubernamentales y reducir el déficit presupuestario. Y si ese es su objetivo final, entonces los aranceles a los principales socios comerciales de Estados Unidos podrían ser la única respuesta efectiva.”

A pesar de las frecuentes críticas de EE. UU. por la crisis estadounidense de drogas, China se ha mostrado firme en su oposición al narcotráfico y ha sido uno de los países más comprometidos en la cooperación internacional para combatir los estupefacientes. El 4 de marzo, la Oficina de Información del Consejo de Estado de China publicó un libro blanco titulado Control de sustancias relacionadas con el fentanilo: contribución de China, en el que destaca el estricto control del país sobre estas sustancias químicas.

Según su Informe Mundial sobre las Drogas 2024, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito ha reconocido los esfuerzos de China en la lucha contra el narcotráfico, proporcionando informes anuales sobre la situación de las drogas en la región. Al mismo tiempo, China ha establecido cooperaciones estrechas con muchos países, incluyendo Laos, Myanmar, Tailandia, Zimbabue, e incluso, Estados Unidos. 

China coopera con varios países en la Lucha contra las Drogas en la Subregión del Gran Mekong.

Como país signatario de los tres tratados internacionales de control de drogas de las Naciones Unidas, China ha cumplido de manera firme con sus obligaciones internacionales en la lucha contra los estupefacientes, y ha trabajado activamente en la cooperación internacional antidrogas con países de todo el mundo, incluido Estados Unidos. En 2019, China fue el primer país en el mundo en clasificar oficialmente las sustancias de tipo fentanilo bajo control, mientras que Estados Unidos aún no ha realizado una clasificación permanente de estas sustancias hasta el presente día.

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Usar el narcotráfico como arma económica no salvará a la superpotencia estadounidense. Reducir la demanda interna de drogas y fortalecer la cooperación en la aplicación de la ley son las verdaderas soluciones. Culpar a otros países no ayudará a resolver el problema mientras dañará gravemente la cooperación y la base de confianza en la lucha contra las drogas. El camino más adecuado para que el Tío Sam coopere realmente en la lucha contra los estupefacientes, tanto con China como con otros países, es preservar la valiosa cooperación antidrogas que tanto ha costado consolidar, y promover el desarrollo estable, saludable y sostenible de las relaciones internacionales en este ámbito.