Un equipo chino ha desarrollado un pequeño robot que puede operar en la fosa marina más profunda del mundo, soportando una presión extremadamente alta.

La capacidad operativa del robot constituye una maravilla de la ingeniería que antes solo se podía lograr con sumergibles grandes y rígidos, los cuales pesan varias toneladas.
Los investigadores se inspiraron en los patrones de movimiento del pez murciélago y diseñaron un robot de 50 centímetros de largo capaz de nadar, deslizarse y arrastrarse.
Al tiempo que nada en el agua, el robot genera empuje a través de su aleta caudal, alcanzando una velocidad máxima de 5,5 centímetros por segundo. En cambio, cuando se arrastra, puede moverse a 3 centímetros por segundo en superficies arenosas usando sus extremidades, de acuerdo con el estudio, publicado esta semana en la revista Science Robotics.
En la Fosa de las Marianas, a 10.600 metros de profundidad, la presión puede alcanzar los 110 millones de pascales, similar a un peso de 1 tonelada que se coloca en la uña de un pulgar.
El equipo creó un dispositivo de accionamiento flexible que aprovecha las propiedades de endurecimiento de los materiales de silicona blanda bajo alta presión.
A temperaturas de aguas profundas de 2 a 4 grados centígrados, el equipo colocó resortes de aleación con memoria de forma en el actuador del robot. Al calentar los resortes con corrientes periódicas para obligarlos a contraerse alternativamente, permitieron una oscilación rápida y de alta frecuencia, según el estudio.
El equipo aumentará la resistencia y la eficiencia del pequeño robot de aguas profundas para apoyar el desarrollo de los recursos acuáticos, la arqueología submarina y el monitoreo ambiental de los mares.