El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está preparando una orden ejecutiva cuyo fin es reactivar la industria de la construcción naval nacional mediante la imposición de multas de hasta 1,5 millones de dólares a los buques chinos que atraquen en puertos estadounidenses. Con esta medida, su Administración busca desalentar el uso de barcos chinos por parte de los transportistas marítimos y destinar el posible dinero recaudado a subvencionar un sector que atraviesa dificultades.

Sin embargo, The Washington Post advierte de que estos gravámenes podrían amenazar el comercio marítimo y provocar interrupciones en las cadenas de suministro similares a las vividas durante la pandemia. Asimismo, señala que revivir la industria de la construcción naval estadounidense requiere décadas de apoyo federal consistente, y que imponer multas sin ofrecer una alternativa viable solo encarecerá el comercio.
El presidente de Guyana, Irfaan Ali, alertó sobre el impacto que la medida tendrá en el Caribe, ya que muchos buques chinos que transportan mercancías a la región transitan por territorio estadounidense. Esto, según Ali, incrementará los costes de importación y obligará a países como Guyana, Surinam o Trinidad y Tobago a evaluar las repercusiones para sus petroleros y otros buques que transportan petróleo y gas. Ali planea discutir estas preocupaciones con el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, quien esta semana visita tres naciones caribeñas.