Desde Estados Unidos llegan informes que afirman que la administración Trump está barajando imponer nuevas tasas sobre navíos hechos en China y sobre flotas que incluyan barcos hechos en China y que atraquen en puertos estadounidenses. Se estima que la carga impositiva rondará los 1,5 millones de dólares por barco.
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Aproximadamente el 90 % de las importaciones estadounidenses entran al país por puertos de poco tamaño. La mayor parte de los navíos son chinos u operados por China. Es posible que, pronto, todas esas embarcaciones deban pagar tasas adicionales por atracar en puertos estadounidenses. La administración Trump está barajando la posibilidad de publicar una orden ejecutiva sobre las tasas portuarias. De implementarse, esta política podría forzar a las empresas de transporte a recortar costes, limitando así su tránsito sólo a los puertos estadounidenses de mayor envergadura.
"Pensemos en un granjero de Central Valley que tenga que pagar 500 o 1000 dólares más para enviar su producto hasta Los Ángeles o Long Beach, para que desde ahí sea embarcado y llegue a Asia. Imaginemos, por ejemplo, un productor de nueces. Es posible que su producto llegue a un precio por unidad tan alto que no pueda competir con el de otras naciones en vías de desarrollo", dijo Gene Soroka, director ejecutivo del Puerto de Los Ángeles.
Algunos ejecutivos del sector del transporte afirman que aún estamos lejos de comprender el alcance real que las nuevas tarifas y sus posibles represalias tendrán sobre las cadenas de suministro, las empresas y los consumidores. La idea de añadir costes adicionales al comercio internacional está creando aún más inestabilidad en el sector.
"Me parece probable que las medidas lleguen a materializarse. Tengo la esperanza de que vengan acompañadas por el sentido común, por una idea razonable del momento oportuno y que tenga en cuenta si tenemos la fuerza de trabajo y el desarrollo necesario de ciertas industrias, como la del acero u otras relacionadas con la construcción de navíos. Lo peor que podría pasar es que simplemente se impongan tasas sobre cargueros construidos en China. Ahora mismo no hay alternativa. Es posible que el objetivo sea admirable, pero si no se hace de la manera adecuada puede tener un impacto catastrófico sobre la cadena global de suministros y sobre la base de consumidores de Estados Unidos", explicó Weston LaBar, Directivo jefe de estrategia de Waterfront Logistics.
Si la Casa Blanca publica la orden ejecutiva, algunos expertos afirman que la implementación de las tasas de atraque sobre embarcaciones asociadas con China podría violar también algunas normas de la Organización Mundial del Comercio.