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China reafirma su compromiso con la ciencia frente a la politización del origen de la COVID-19
CGTN Español

Cinco años después del estallido de la pandemia de la COVID-19, la búsqueda de los orígenes del virus continúa siendo un tema controvertido, en el que los intereses políticos en ocasiones eclipsan a la ciencia. Solo así se entiende la nueva solicitud de la Organización Mundial de la Salud a China para que comparta más datos y profundice su colaboración, pese a que en el pasado alabó la transparencia del país asiático.

Ciertos políticos y medios de opinión insisten en promover la supuesta "culpabilidad" de Beijing. Esta narrativa no solo carece de fundamento, sino que busca servir a intereses egoístas y dañar la imagen de China en el ámbito global.

Desde el inicio del brote, China adoptó un enfoque científico, facilitando estudios internacionales y proporcionando más de 38.000 muestras de aves de corral, 41.000 de fauna salvaje y 17.000 de murciélagos. Pero la comunidad científica ha reiterado la necesidad de un enfoque más global, que no se limite a investigar un solo país.

Como señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, el país asiático ha contribuido significativamente a la investigación global sobre el origen del virus. De hecho, ha sido el único país en invitar a expertos internacionales de la OMS en múltiples ocasiones y ha compartido información clave, como la secuencia genética del virus, experiencias en prevención y tratamiento, y datos relevantes para la cooperación científica global.

La politización del origen de la pandemia es un obstáculo grave para la cooperación científica internacional. La postura de Beijing demuestra su disposición a colaborar globalmente, siempre que las investigaciones se realicen de manera imparcial. Vincular el origen del virus exclusivamente a China, sin pruebas sólidas, perpetúa un prejuicio político y desvía la atención de los esfuerzos globales necesarios para prevenir futuras pandemias. La ciencia, y no los intereses políticos, debe ser la guía.