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La clase media estadounidense se moviliza contra las políticas de Trump al grito de "Manos fuera"
CGTN Español

El 2 de abril, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una miríada de aranceles contra, básicamente, todos los países del mundo, incluyendo las islas Heard y McDonald, ubicadas a 4.000 km al suroeste de Australia. Se da la circunstancia de que ambas islas son accesibles únicamente mediante un viaje en barco de al menos siete días y están habitadas por… pingüinos.

Desde la Casa Blanca se insiste en que los aranceles buscan proteger a las industrias estadounidenses frente a la competencia extranjera y, al mismo tiempo, aumentar la recaudación del Gobierno federal. Sin embargo, la cadena CBS recordó que, aunque Trump asegura que serán otros países quienes asuman el coste, en realidad son los importadores —como Walmart y Amazon— quienes deben pagar el impuesto. Estos, al ver incrementados sus costes, se ven forzados a subir los precios de los productos, algo que repercute directamente en los consumidores. Por su parte, la cadena pública PBS advirtió que serán las clases medias y bajas las más afectadas, ya que los hogares con mayores ingresos tienen más capacidad para absorber el aumento de precios.

Este fin de semana se celebraron 1.400 manifestaciones multitudinarias en los 50 estados del país bajo el lema "Manos fuera". Los organizadores denuncian una toma de poder por parte de multimillonarios y ataques sistemáticos a todo aquel que no forme parte del 1 % más privilegiado. El desplome de los mercados, el nerviosismo de los inversores y las previsiones sombrías de los economistas han desplazado a un segundo plano el impacto que estos aranceles tendrán —o ya están teniendo— sobre los propios consumidores estadounidenses.