El 4 de abril se celebra en China la Fiesta de Qingming, o Día de Barrido de Tumbas, una ocasión solemne en la que se honra a los antepasados. Pero la atareada vida moderna de la gente en las grandes ciudades a veces les impide trasladarse a los lugares en que se encuentran descansando sus seres queridos, y es ahí donde las nuevas herramientas digitales están cambiando la forma en que millones de personas observan esta antigua tradición.

En varias ciudades de China se han lanzado programas y plataformas digitales en las que los usuarios pueden hacer "conmemoraciones en la nube" y "homenajes en línea", esto en forma de fotos y videos de sus seres queridos, álbumes conmemorativos digitales personalizados e incluso avatares dotados de inteligencia artificial (IA) para preservar los recuerdos de sus antepasados. Además, se ha creado un programa conmemorativo digital que admite "lápidas digitales" -perfiles virtuales vinculados a tumbas físicas mediante códigos QR únicos- que proporcionan un cómodo acceso a los servicios conmemorativos.
Otra de las costumbres conectadas con esta fecha que ha evolucionado hacia hábitos más modernos y ecológicos, es la antigua costumbre de quemar billetes de imitación y otros objetos simbólicos como ofrenda a los difuntos, que gradualmente está siendo sustituida por métodos como el papel soluble en agua, en el que los dolientes escriben mensajes que se disuelven en el agua y no generan ningún impacto ecológico. Asimismo, una nueva tendencia que está ganando popularidad son los entierros ecológicos, cuyo objetivo es frenar la extravagancia y abogar por entierros respetuosos con el medio ambiente. Esta iniciativa incluso está siendo apoyada por las autoridades chinas mediante incentivos económicos que apoyan los entierros en urnas biodegradables, entierros en el mar, en árboles y en lechos de flores, ofreciendo así más opciones de soluciones funerarias respetuosas con el medio ambiente.
De acuerdo con expertos en el tema, los ritos ancestrales chinos están evolucionando y adoptando los avances de la sociedad y la tecnología, pero la devoción del pueblo chino a atesorar los recuerdos de los antepasados es algo que no ha cambiado y se sigue manteniendo viva.