China lanzó una iniciativa de diez años con el objetivo de reforzar su seguridad alimentaria y transformarse en una potencia agrícola para 2035. Este plan se centra en estabilizar la producción de granos, modernizar la agricultura y promover el desarrollo rural. Una meta clave es alcanzar una capacidad de producción de granos de 700 millones de toneladas para 2027, asegurando la autosuficiencia en cultivos esenciales. 

La estrategia enfatiza avances en tecnología agrícola, incluyendo innovaciones en semillas, maquinaria y biotecnología, como el desarrollo de cultivos de alto rendimiento y tolerantes a la sal. Esta iniciativa busca reducir la dependencia de importaciones y diversificar las fuentes de suministro, abordando desafíos como el cambio climático y la desaceleración económica. Además, se enfoca en aumentar la producción de semillas oleaginosas y revitalizar sectores clave de la industria cárnica y láctea.