Expertos destacan que las economías complementarias de China y América Latina pueden estrechar sus lazos comerciales y de inversión. China, líder en manufactura e infraestructura, apoya la diversificación de las exportaciones y el desarrollo industrial latinoamericano, clave frente al proteccionismo global.

Ante las tensiones comerciales con Estados Unidos, países como México buscan diversificar sus alianzas, lo que aumenta la relevancia de China, señaló Sun Yanfeng, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos, dependiente del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China (CICIR, por sus siglas en inglés). En 2023, el comercio bilateral creció un 7,2 %, alcanzando los 3,69 billones de yuanes (508.870 millones de dólares), según datos de la Administración General de Aduanas de China.
China ha firmado tratados de libre comercio con Nicaragua, Chile, Perú, Costa Rica y Ecuador, facilitando el acceso de exportadores latinoamericanos a su mercado. Por ejemplo, el comercio con Nicaragua creció un 46,8 % en 2024, con importaciones chinas que aumentaron un 218,3 %, con respecto al año anterior.
Bu Shaohua, del Instituto de Estudios Internacionales de China, resaltó que la región latinoamericana busca reducir su dependencia de materias primas y que, para ello, se requiere inversión en infraestructura y clusters industriales, áreas donde China es un socio clave. Además, las inversiones chinas en energías limpias, manufactura avanzada y biomedicina ayudan a América Latina a integrarse mejor en las cadenas globales de valor.
Un ejemplo destacado es el puerto de Chancay, proyecto emblemático de cooperación pragmática entre China y Perú, que se está convirtiendo en un importante motor para el continuo crecimiento de la economía y el turismo peruanos. Desde su inauguración, la industria turística local ha crecido entre un 30 % y un 40 %.
La cooperación bilateral sigue creciendo, beneficiando a ambas partes en un contexto económico global desafiante.