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Peonía: de Chang’an a los Andes
CGTN Español

Con la flor como vínculo y el festival como puente de amistad, el 8 de abril se inauguró la Conferencia Mundial de la Peonía 2025 en la ciudad de Heze, provincia china de Shandong. La peonía ha sido venerada en China desde la antigüedad como la “reina de las flores”, un emblema de prosperidad y riqueza cargado de un profundo significado cultural. Heze, reconocida como la mayor base mundial para el cultivo, la investigación y el procesamiento de esta flor, ha sabido aprovechar en los últimos años sus ventajas naturales para impulsar la mejora de variedades, el desarrollo industrial y la integración entre cultura y turismo. Actualmente, la ciudad cultiva nueve gamas cromáticas, diez tipos de formas florales y un total de 1.308 variedades, situándose a la cabeza del mundo tanto en superficie sembrada como en número de especies. Lo interesante es que esta flor también ha tejido lazos con América Latina, al otro lado del planeta.

Recientemente, en Perú se han hallado platos de porcelana azul y blanca de la dinastía Ming, ornamentados con peonías, lo que revela una fascinante historia de difusión cultural: el viaje de esta emblemática flor, que recorrió la antigua Ruta de la Seda y surcó los mares a bordo de los imponentes galeones de Manila, hasta llegar a América Latina y echar raíces en los Andes.

I. El origen de la peonía y la tradición china

Desde las dinastías Tang y Song, la ciudad de Chang’an, entonces epicentro político, económico y cultural de China, se convirtió en un escenario de esplendor para las peonías. Poetas y literatos las ensalzaron en sus versos, viéndolas como símbolo de la grandeza imperial y del florecimiento vital. Las porcelanas decoradas con peonías no solo exhibían una técnica artesanal exquisita, sino que también reflejaban una profunda sensibilidad estética y una visión cultural única del mundo.

II. La Ruta de la Seda y el intercambio cultural

La antigua Ruta de la Seda no fue solo un camino para el intercambio de mercancías, sino un puente que conectó civilizaciones distantes. A través de ella, la porcelana china, adornada con delicados motivos de peonías, se difundió por Asia Central, Oriente Medio y Europa, llevando consigo la elegancia del arte y la estética tradicional china. Las peonías, admiradas en tierras remotas, se transformaron en símbolos de la cultura china y en testigos de un diálogo entre culturas que superó océanos y fronteras.

III. Los galeones de Manila y la Ruta Marítima de la Seda

Durante las dinastías Ming y Qing, el auge de la Ruta Marítima de la Seda facilitó el contacto entre China, el Sudeste Asiático y países lejanos. Los imponentes galeones de Manila, cargados de porcelana, seda y finas artesanías chinas, surcaron los océanos llevando consigo piezas ornamentadas con peonías. Desde China llegaron primero a Filipinas y, de allí, cruzaron el Pacífico hasta alcanzar las costas de América Latina. Así, el arte y la delicadeza de la peonía florecieron también en el Nuevo Mundo.

IV. Testimonio de los hallazgos en Perú

Los platos de porcelana azul y blanca descubiertos en Perú, decorados con peonías, proporcionan evidencia material de este proceso histórico. Los intrincados motivos florales y la viveza de sus colores reflejan tanto la maestría técnica de los antiguos artesanos chinos como el valor cultural que se le atribuía a esta flor. Estos hallazgos demuestran que, desde hace siglos, la cultura china ya había dejado su huella en Sudamérica, influyendo en la estética y el desarrollo cultural local.

V. Legado cultural y lecciones para el presente

El viaje de la peonía, desde la espléndida Chang’an hasta las cumbres andinas, es una leyenda viva de intercambio cultural y fusión de tradiciones. Representa no solo el esplendor de la artesanía y la estética china, sino también la visión y el espíritu pionero de quienes tendieron puentes entre civilizaciones. Hoy, al contemplar estos tesoros históricos, no solo admiramos su belleza ornamental, sino que reconocemos su potencial como inspiración para el desarrollo económico, artístico e industrial contemporáneo. 

En definitiva, “Peonía: de Chang’an a los Andes” no es solo un recorrido histórico, sino también un testimonio vivo de cómo el intercambio cultural puede iluminar el presente y allanar el camino hacia un futuro lleno de creatividad y esplendor. Cada pétalo cuenta una historia, y en esa fusión de tradiciones, se renueva la luz de una civilización que sigue floreciendo a través del tiempo.