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China responde a la intimidación arancelaria de EE. UU. con una estrategia explícita
Artículo de opinión

Este lunes, el Gobierno de Estados Unidos anunció un nuevo incremento en los aranceles impuestos a los productos chinos. Al día siguiente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China respondió con firmeza, afirmando que el país está dispuesto a luchar hasta el final contra los denominados "aranceles recíprocos". Sin embargo, este drástico aumento de las tarifas por parte de Washington no tendrá un efecto desestabilizador en la economía china en su conjunto.

La economía china es como un vasto océano, no como un pequeño tanque de peces. Una tormenta puede agitar o incluso volcar un pequeño tanque, pero no tiene la capacidad de alterar las aguas de un mar. Desde el lanzamiento del Plan de Acción 2025 para estabilizar la inversión extranjera hasta la publicación del Plan de Acción Exclusivo para impulsar el consumo, China ha adoptado una serie de medidas estratégicas que le permiten enfrentar los desafíos con un ánimo para ser en forma sostenida el motor del crecimiento económico mundial.

Recientemente, diversas instituciones financieras extranjeras han elevado sus proyecciones de crecimiento económico para China. Morgan Stanley, por ejemplo, publicó un informe en el que destaca los resultados económicos del país asiático en el primer trimestre gracias a la fuerte inversión en las industrias emergentes. Por ello, la entidad financiera incrementó en 0,5 puntos porcentuales su previsión de crecimiento económico de China para este año.

Por otro lado, el chantaje arancelario de Estados Unidos generará efectos contraproducentes. David Firestein, presidente de la Fundación George W. Bush para las Relaciones estadounidense-chinas, afirmó que la política de "aranceles recíprocos" podría agravar la inflación en la nación norteamericana, provocar al final un aumento del desempleo neto y devaluar el dólar estadounidense. Según Firestein, se trata de uno de los "errores de política económica más graves en la historia moderna de Estados Unidos."

Más allá de las presiones de Estados Unidos, China cuenta con eficaces herramientas para responder y continúa enfocada en su propio desarrollo. Al mismo tiempo, el país mantiene su fuerte compromiso con la apertura de alto nivel al exterior y con la cooperación internacional.

China siempre ha creído que la esencia de las relaciones económicas y comerciales con Estados Unidos deben regirse por el principio de beneficio mutuo, y que las diferencias comerciales deben resolverse mediante el diálogo en condiciones de igualdad y respeto.