En invierno, el río Songhua -cuyas orillas abrazan ciudades como Harbin, Jilin y Jiamusi- se transforma en un inmenso patio de recreo para los amantes de los deportes y actividades invernales, gracias al metro de espesor que alcanza su superficie helada. Con la llegada de la primavera y el ascenso de las temperaturas, el hielo comienza a resquebrajarse, un fenómeno que en Harbin se celebra con la festividad del "Kaijiang", o "deshielo del río", una tradición que rinde homenaje al renacer del río.

A lo largo de esta semana, Harbin acoge numerosos rituales y actuaciones tradicionales que muestran la riqueza del patrimonio étnico de la región, desde la lectura de textos originales sobre la cultura hidrológica, oraciones para bendecir el río o delicias a base de pescado, hasta pinturas con piel de pescado, corteza de abedul y paja, patrimonio cultural inmaterial de Heilongjiang.