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El declive de la manufactura en Estados Unidos es autoinfligido
Artículo de opinión

Nota del editor: En abril, la Casa Blanca anunció aranceles generalizados para revitalizar la manufactura estadounidense. Pero, ¿realmente regresará la producción a suelo nacional como espera el gobierno de Trump? CGTN ha lanzado una serie de cinco entregas titulada "¿El regreso de la manufactura estadounidense?" para analizar este tema. Esta segunda parte examina las causas de su declive.

William Jones, comentarista especial de actualidad para CGTN, fue jefe de la oficina en Washington del Servicio de Noticias Executive Intelligence Review y miembro no residente del Instituto Chongyang de Estudios Financieros. El artículo refleja las opiniones del autor y no necesariamente las de CGTN.

La elección de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos indicó claramente que el pueblo estadounidense estaba harto de la situación actual. La fama de Trump y su promesa de cambiar el funcionamiento del país atrajeron a muchos estadounidenses, incluidos muchos trabajadores manuales.

La cuestión fundamental para los votantes fue la devastación sufrida por la economía estadounidense en las últimas décadas. Trump culpó al déficit comercial y amenazó con imponer aranceles como medida punitiva contra aquellos países, principalmente China, a quien atribuyó las causas de la crisis.

La administración Trump no comprende que la causa principal del declive de la manufactura en Estados Unidos y de muchos otros sectores es autoinfligida.

Algunos economistas, como David Dollar, señalan el problema de la creciente automatización, que ha eliminado más empleos que los aranceles. Pero la verdadera razón del declive de Estados Unidos debe buscarse en otra parte, en los cambios ocurridos en el país desde el asesinato del presidente John F. Kennedy.

La decisión de Kennedy de enviar un hombre a la Luna proporcionó el impulso científico necesario para la economía estadounidense. Como resultado, se produjo un rápido aumento de la productividad, la introducción de nuevas tecnologías en la economía y un aumento del empleo para los trabajadores que tuvieron que aprender nuevas habilidades para lograr esta hazaña.

Al mismo tiempo, se realizó un esfuerzo concertado en la educación STEM para preparar a los jóvenes científicos e ingenieros para esta nueva era espacial. En la mente de Kennedy, esto era solo el comienzo de la exploración de esta frontera. Con su asesinato y la posterior desastrosa incursión en Vietnam, el entusiasmo se desvaneció y el impulso de la ciencia espacial perdió impulso.

Así comenzó un periodo de "descuido benigno" de la economía estadounidense.

El movimiento maltusiano de crecimiento cero también creció durante la década de 1970. Este movimiento argumentaba que el hombre es un parásito que destruye la naturaleza y que su actividad debía restringirse para mantenerla en su estado original.

La economía estadounidense sobrevivió a esta filosofía en gran medida porque el dólar era lo suficientemente fuerte como para ser una moneda de reserva aceptable. Estados Unidos podía simplemente comprar lo que necesitaba de países que pagaban salarios más bajos a sus trabajadores.

En lugar de fomentar la reinversión en las industrias estadounidenses para modernizarlas y mejorar las habilidades productivas de sus trabajadores, la industria estadounidense, en busca de ganancias rápidas, comenzó a establecerse en países con salarios bajos donde podía pagar a los trabajadores menos que el promedio mundial.

La guerra arancelaria de la administración Trump causará daños irreparables a la economía estadounidense. El déficit comercial con China se debe en gran medida a la naturaleza restrictiva de las exportaciones estadounidenses a China.

China ya no es una nación pobre. Compró parcialmente soja estadounidense y aeronaves de Boeing para mantener buenas relaciones con Estados Unidos. Puede producir estos productos de forma independiente y con una calidad alta, o incluso superior. Hay muchos productos de alta tecnología en los que Estados Unidos aún mantiene una ventaja. Sin embargo, Estados Unidos no quiere que China compre estos productos, ya que esto aumentaría su nivel tecnológico, y la ha etiquetado como un rival en lugar de un socio.

La obsesión de la administración Trump con la guerra arancelaria contra China, los recortes presupuestarios a institutos científicos gubernamentales, como la NASA e importantes universidades de investigación, y el intento de eliminar el Departamento de Educación podrían hundir la economía estadounidense en una profunda depresión.

Irónicamente, podríamos reactivar rápidamente la economía estadounidense si colaboráramos con China en lugar de oponernos a ella. ¿Cuánto beneficio puede obtener la ciencia y la tecnología estadounidenses de los estudiantes chinos que asisten a universidades estadounidenses, muchos de los cuales permanecen en Estados Unidos para trabajar y contribuir a la prosperidad del país?

¿No sería fantástico que China utilizara parte de su experiencia para ayudar a construir un sistema ferroviario de alta velocidad que reemplazara la deteriorada red ferroviaria estadounidense? Si queremos revitalizar el espacio como nuevo motor científico, ¿por qué no cooperar con China, que ya ha demostrado su gran destreza en este campo?

El declive de la manufactura en Estados Unidos es autoinfligido. En lugar de culpar a otros, la cooperación es la solución si la administración Trump es sincera en su compromiso de "Hacer a Estados Unidos grande de nuevo".