"Tengo 88 años y todavía estoy soñando. Tengo una vida tan buena. Nadie quiere envejecer o que las cosas se acaben. Así que quiero viajar por todo el país." , dijo la anciana Zeng Jingfei . "Mientras esté viva, viajaré con ella todo lo que pueda. La enfermedad y la muerte son parte de la vida. Si ese día llega, espero que pueda dejar el mundo sin remordimientos.", respondió su hijo mayor Song Jianhui. Y así emprendieron su viaje. Ya habían recorrido numerosos lugares en motocicleta, incluso hasta el Tíbet. Esta vez, su destino sería la ciudad de Chongqing, situado a 300 kilómetros de distancia.
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