China no solo es líder en fabricación tecnológica, sino que también está a la vanguardia en la implementación de soluciones robóticas en la vida cotidiana. Un ejemplo destacado es el uso de robots repartidores en hoteles, restaurantes e incluso hospitales, una innovación que ya forma parte del paisaje urbano de lugares como Hangzhou, Shenzhen y Shanghai.

Estos robots, equipados con sensores de navegación y compartimentos térmicos, pueden moverse de manera autónoma por pasillos y ascensores para entregar pedidos de comida, medicamentos o artículos de hotel. Algunos modelos incluso interactúan con voz, saludando a los clientes y confirmando la recepción del pedido.
Durante la pandemia, se minimizó el contacto humano, lo que aceleró su adopción en hospitales y zonas de cuarentena. En hoteles de alta ocupación, los robots pueden realizar múltiples entregas simultáneas, lo que reduce los tiempos de espera. Empresas como Alibaba y JD.com los utilizan en sus cadenas logísticas para repartos internos.
Aunque su uso es cada vez más común, estos robots aún dependen de la supervisión humana en situaciones complejas, como la presencia de obstáculos imprevistos o problemas técnicos. Sin embargo, su presencia refleja la rápida expansión de China hacia la automatización inteligente, un campo donde compite a escala mundial con países como Japón y EE. UU.