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Acuerdo comercial entre Estados Unidos y Reino Unido, ¿simbólico o más que eso?
CGTN Español

Notas de editor: Liu Xuedong, profesor de Carrera en Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Este artículo refleja sus opiniones y no necesariamente las de CGTN Español.

La semana pasada, Estados Unidos y Reino Unido anunciaron que reducirían los aranceles mutuos de los intercambios comerciales que realizan las dos economías, tras haber alcanzado un acuerdo. Sin duda, este suceso generaría no solamente significados simbólicos, sino algo que podría modificar el proceso de las negociaciones pendientes del mismo tema con los demás involucrados, ante la culminación de este primer convenio después de implementar aranceles recíprocos por la administración de Trump en el “día de liberación”, el pasado 2 de abril.

Hasta el momento, a pesar de que no se han dado a conocer todavía los términos específicos ni los detalles del convenio pactado, solamente se acordó una reducción de sus aranceles del 5,1% al 1,8% y ofrecer un mayor acceso a los productos estadounidenses por parte de Reino Unido. Mientras que, por el lado de Estados Unidos, se mantendría la base arancelaria del 10 % para los productos importados desde el Reino Unido a Estados Unidos, incluyendo los vehículos, el acero y el aluminio británicos.

Como se puede apreciar, los aranceles impuestos por Trump ahora con Reino Unido únicamente se refieren a la base del 10 %, tal como se determinó a mantener su vigencia en un lapso de 90 días, después de una semana de anunciar los recíprocos, mientras que su administración buscaría acuerdos individuales con sus contrapartes. De tal manera, los impuestos relacionados con las importaciones de autos terminados, autopartes, aceros y aluminios procedentes de R. U., al parecer ya se han suspendido.

Lo anterior podría implicar al menos dos consecuencias directas. En primer lugar, la eliminación de los aranceles impuestos a los productos particulares podría provocar inconformidades de los socios más cercanos de Estados Unidos. Concretamente, se refieren a Canadá y México, dos de los tres miembros suscritos en el acuerdo del T-MEC en la región de América del Norte, ya que los mismos artículos enviados desde estas dos naciones al mercado estadounidense están sujetos al cobro de aranceles de 25 % si no cumplen las reglas de origen estipuladas del T-MEC, y, en consecuencia, perderían las ventajas competitivas ante los similares, pero de Gran Bretaña. 

En segundo lugar, mantener la vigencia del 10 % de aranceles a los productos británicos mandaría una señal inequívoca al mundo entero en el sentido de que la administración Trump está cobrando los derechos de importación con una tasa superior a la aplicada anteriormente a pesar de tratarse de uno de sus aliados más cercanos. Dicho de otra manera, dentro del sistema del comercio internacional, la exención arancelaria a los productos mayoritariamente procedentes de los países en vías de desarrollo, principio denominado en naciones más favorecidas (NMF), probablemente ya se aproximaría su extinción en un futuro cercano.