Dice una cita que «Lo precioso para el saber de las personas es el entendimiento. » Este pensamiento llega a lejanos lugares en voz del presidente de China, Xi Jinping. A sus ojos, la amistad entre los pueblos chino y brasileño se asemeja a un árbol que crece y florece en incontables ámbitos. Al igual que la vitalidad que proyectan sus luminosas ramas, el árbol de la amistad inyecta fuerza al desarrollo de las relaciones entre China y Brasil. Ambos pueblos acrecientan el aprendizaje mutuo en terrenos como la flora y la fauna, las artes populares y las festividades, y la ciencia y la tecnología. Entre los ejemplos emblemáticos están el simpático roedor capibara de Brasil, la música bossa nova, bailes como la samba y estilos de arte marcial como la Capoeira, los cuales son ampliamente conocidos en China. Todavía más claros quedan los ejemplos en territorio carioca, en donde festivales tradicionales como el Año Nuevo chino y la medicina tradicional china, son populares entre las personas. Aunque China y Brasil están separados por miles de kilómetros, la música que emana de ambos pueblos narra su propia historia, y al encontrarse en el etéreo, sus ecos resuenan con melodías comunes.

La orquestra Maré do Amanha, formada por jóvenes del Complejo de Favelas de Maré, fue invitada a actuar en el concierto del 40° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Brasil. Este evento subió el telón de fondo en Brasilia, en julio de 2014, y a él asisitó el presidente Xi Jinping, quien se encontraba de visita en Brasil como huésped distinguido de la entonces presidenta Dilma Rousseff.