La ópera de Sichuan, una forma tradicional de ópera china, es popular en las provincias chinas suroccidentales de Sichuan, Yunnan y Guizhou, y es conocida por su hipnotizante cambio de rostros. Hoy descubrimos cómo este arte milenario se transforma con toques de modernidad.
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Muchas personas asocian la ópera de Sichuan con sus técnicas de cambios de rostros y con escupir fuego, pero este tesoro cultural nacional abarca literatura, música, danza y artes plásticas.
Su transmisión depende en gran medida de la transmisión oral y de la demostración directa entre maestros y alumnos, quienes comienzan a formarse desde edades tempranas.
"En general, comenzamos a aprender la ópera de Sichuan en sexto grado de primaria. Los estudiantes deben comprender las características estéticas del arte. Lo más difícil en cuanto a técnica básica es el movimento de los pies: incluye el salto volado y los pasos escénicos. En segundo lugar están los movimientos de manos. Todo lo que experimentamos en la vida puede expresarse mediante los gestos y la interpretación de la ópera de Sichuan", afirmó Xiao Demei, heredero de la ópera de Sichuan.
La incorporación de elementos innovadores, como la danza moderna, ha revitalizado la ópera de Sichuan, que ahora ve cómo atrae a un público joven al teatro.
"Hemos innovado incorporando formas del ballet y el paso 'Zhanzhan' típico de nuestra ópera de Sichuan. Expresa un estado de ánimo alegre y enérgico de los actores, permitiendo al público ver que esta ópera puede representarse de una forma distinta, atractiva y envolvente", dijo otro heredero de la ópera de Sichuan Chen Yujie.
Hoy, además de en los teatros tradicionales, los cambios de rostros y el malabarismo con faroles pueden apreciarse en lugares como el Templo Wuhou de Chengdu o en casas de té.
La fusión entre tradición e innovación ha convertido a la ópera de Sichuan no solo en una expresión escénica, sino también en un símbolo vivo de la cultura popular de Chengdu.