Aunque el flujo migratorio irregular hacia Estados Unidos ha disminuido con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, miles de migrantes permanecen bajo la incertidumbre en países como México. Nuestro corresponsal en la capital mexicana, Juan Carlos Aguirre, nos dice que las solicitudes de asilo van creciendo mes con mes cuando el cruzar a Estados Unidos se hace imposible y el regresar a sus países de origen no es viable por razones económicas o de seguridad.

Yasmelis lleva poco menos de un año viviendo en este rancho levantado en uno de los dos campamentos migrantes que permanecen en pie. Un amparo impide que las autoridades, por ahora, puedan desalojarlos del lugar. Se gana la vida en su salón de belleza itinerante. Lo que logra, lo guarda para establecerse formalmente en México. Sabe que a Estados Unidos ya no irá y a su país no quiere regresar. Poco a poco ve cómo se va quedando sin vecinos.

Emely es una de las pocas vecinas que le quedan, no se siente estancada en México y asegura que nunca tuvo un sueño americano. Viven en un espacio donde apenas cabe un colchón y la ropa de ella y la de sus dos hijos. Donald Trump le cambió sus planes al eliminar las citas por la CBPOne.

Otros migrantes están cansados de esperar y no ven en México una opción para rehacer sus vidas. Se plantan frente a las sedes diplomáticas de algunos países en espera de un cupo para retornar a sus lugares de origen en vuelos humanitarios. Digna llegó en 2023 y desde entonces nunca logró llegar a la frontera con Estados Unidos. Tampoco una vida mejor en México.

Ahora se da lo que denominan una migración a la inversa, pero no es tan fácil. Si deciden hacerlo voluntariamente en un vuelo humanitario, deben pedir un salvoconducto cuando la mayoría no tienen pasaporte y la lista es larga. Si no pueden esperar, el regreso es por trochas y caminos verdes, pero el temor a cruzarse con la Selva del Darién o el Mar Caribe, los paraliza. Dinero, tampoco está en el inventario. Urge darles documentos, en menos tiempo, que regularicen la estancia a quienes decidan quedarse. Es una entrada directa a trabajos estables, derechos y beneficios como todo ciudadano regular.

"Una parte importante son unidades familiares compuestas también por niños pequeños y niñas, y creo que eso tiene que ser una prioridad en la política y en la atención migratoria, la inclusión educativa de estas personas, de estos niños, que se pueda también tener políticas con perspectiva de niñez y entender que no es lo mismo lo que vive el adulto, que el niño, en todas estas dificultades que hemos platicado, y que muchas veces corre mucho más riesgo a esta población", afirmó Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante.

Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, en su primer mandato, las cifras de solicitudes de refugio en México superaron las 140 mil y bajaron durante el periodo de Joe Biden. Hoy el territorio mexicano pasó de ser un país de tránsito a un receptor de migrantes. Si bien no existe un censo por la misma condición de irregularidad migratoria de estas personas, solo en solicitudes de refugio hasta 2024, la cifra alcanzó a más de 80 mil trámites ubicando a México entre las diez naciones con más peticiones a nivel mundial.