Tomar un taxi en Beijing es relativamente sencillo. Los taxis pueden ser distinguidos claramente por el anuncio luminoso que llevan sobre sus techos, así como por los caracteres pintados a los costados. Un taxi puede ser reconocido porque cuenta con taxímetro oficial.

La tarifa nunca se negocia, por el contrario usted debe insistir en que el chófer utilice el taxímetro. La única excepción a esta regla es los viajes fuera de la zona urbana o los alquileres de taxis por un día completo. Por ejemplo, si va a tomar un taxi para ir a la Gran Muralla, debe negociar el precio por adelantado.

El único pago extra es el de las casetas de peaje, como en la vía rápida hacia el aeropuerto. En ese caso, el chófer también debe darle un recibo, en el que figure el monto exacto del peaje. 

Si alguna vez llegara a tener un problema con un taxi que abordó, sólo copie el número del taxi, escrito en el interior y exterior del vehículo. Los taxis están estrictamente controlados y cualquier queja es tomada muy en serio.