El 21 de mayo se ha celebrado el Día Internacional del Té. En la provincia china de Fujian, la montaña Wuyi es famosa por su variada producción de té de roca, un oolong especial con sabor tostado y aroma floral y afrutado. Hoy visitamos un museo dedicado a este legado cultural para descubrir las historias detrás de una de las joyas del té chino. 

El Museo del Té de Roca Ruiquan, situado en el área escénica de la montaña Wuyi, es una institución privada dedicada a promover la cultura del té. Es el único museo de la zona que presenta las técnicas tradicionales del té de roca.

Su director, Huang Shenghui, ha reunido más de 4.000 libros sobre té de todo el mundo y ha trabajado junto a arqueólogos profesionales para autenticar más de 6.000 utensilios relacionados con el té de las dinastías chinas Tang, Song, Yuan, Ming y Qing.

La familia Huang lleva más de 300 años dedicada a la producción de té. Huang Shenghui representa la duodécima generación de esta tradición.

El paisaje montañoso de Wuyi ofrece condiciones ideales para cultivar té. El proceso de elaboración del té de roca incluye más de diez etapas muy diferenciadas. Huang Shengliang, hermano de Huang Shenghui, es portador del patrimonio cultural inmaterial nacional vinculado a la elaboración del té Dahongpao. Lleva más de 30 años perfeccionando la técnica.

Junto a sus hermanos, Huang Shengliang mantiene viva la tradición familiar, pero también apuesta por la innovación. Buscan integrar técnicas ancestrales con tecnología moderna para elevar la calidad del té.

Hace 400 años, la montaña Wuyi marcaba el inicio de la antigua “Ruta del Té”, un canal crucial de intercambio económico y cultural entre Oriente y Occidente. Hoy, gracias a la herencia y la innovación de sus artesanos, Wuyi escribe un nuevo capítulo en esa legendaria ruta.