El Gobierno de México apunta a la producción de “Hecho en México” para satisfacer las demandas internas en diversos rubros. Analistas aseguran que el llamado Plan México es una medida con un grado de proteccionismo, pero con modos de integración y apertura a la inversión extranjera directa.
04:38
Claudia Sheinbaum incentivó la creación del Plan México para darle prioridad a los productos hechos en México y, a su vez, para hacerle frente a lo que, en su momento, era una amenaza. La campaña de Donald Trump traía el mensaje de aranceles y de un posible conflicto comercial con México, China y el resto del mundo. El plan consta de 18 puntos, entre ellos, fomentar el comercio nacional, la inversión pública y la autosuficiencia en diferentes rubros como el de alimentos y energético. El lanzamiento de la marca “Hecho en México” también está en pleno desarrollo.
"Nuestro país es una potencia cultural y nuestro objetivo es disminuir pobreza, desigualdades, pero que cada uno de los mexicanos y mexicanas, sepan que hay plan, que hay desarrollo. Que frente a cualquier incertidumbre que venga en el futuro próximo, México tiene un plan y está unido hacia adelante", dijo la presidenta mexicana.
Con el Plan México, se quiere incrementar, además, el empleo y despejar la incertidumbre económica. Un trabajo que va de la mano entre el sector público y privado. Puede verse como un plan proteccionista.
"Ahora, algo interesante es que el contenido nacional no significa, necesariamente, que venga de inversiones nacionales. Pueden ser inversiones extranjeras localizadas en México, que produzcan en México, que paguen impuestos y que se conecten al exterior o que sean para el mercado interno y creo que en eso se diferencia un poco del presidente Trump. El presidente Trump sí quiere que todo sea americano y que toda la manufactura y las empresas americanas regresen a Estados Unidos", expresó la coordinadora del plan de regulación y competencia de México Evalúa, Ana Lilia Moreno.
Con el Plan México, su gobierno quiere llevar al país a estar entre las diez naciones más importantes del mundo desde lo económico y comercial, elevar la proporción de inversión respecto al PIB por encima del 25 %. Una meta que quiere alcanzar sin desconocer que existe un tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá.
"Pero sí creo que falta una actitud más decisiva del Gobierno de México, porque la idea no es escoger entre Estados Unidos y China, sino cómo hacemos, México, para negociar con Estados Unidos y China y el Gobierno debe de entender que no podemos seguirnos aislando de una apertura mucho más estrecha con el Gobierno chino y un acercamiento mucho más decisivo para traer las inversiones eso hace falta de parte de este Gobierno", dijo la economista, María Esther Morales.
Para los expertos, hay reservas sobre la viabilidad del plan tomando en cuenta que la economía mexicana presenta un estancamiento. Durante el primer trimestre de 2025 el producto interno bruto creció un 0,2 % con respecto al trimestre anterior y un 0,8 al hablar en mediciones anuales. La recesión sigue latente. Es una estrategia arriesgada y cuyos resultados no serán vistos al corto y mediano plazo, pero si su puesta en marcha logra funcionar, en al menos dos o tres polos de desarrollo, será un triunfo para Sheinbaum.
A diferencia de lo que dicen los analistas, pretende Donald Trump, las inversiones chinas en México aumentaron en un 46 % al cierre del primer trimestre de 2025 y desde 2023. Números que podrían aumentar una vez se despeje el panorama arancelario desatado por la Casa Blanca. Es de destacar que las inversiones chinas van de la mano del Plan México y su intención de detonar la producción nacional. Buena parte cumplen con la integración para atender la demanda interna y hasta la estadounidense.