Científicos chinos han dado un paso clave hacia la construcción de redes de comunicación cuántica de alta seguridad a gran escala. Un equipo de investigación del país asiático ha logrado establecer con éxito una red de comunicación cuántica directa de cuatro nodos con una extensión de 300 kilómetros, lo que marca un hito en el desarrollo de tecnologías de telecomunicación ultra seguras.

La investigación, publicada recientemente en la revista “Science Bulletin”, propone por primera vez un modelo teórico escalable y totalmente conectado de comunicación cuántica directa de largo alcance. El proyecto se basa en la teoría desarrollada por el profesor Long Guilu, de la Universidad Tsinghua y vicepresidente del Instituto de Ciencia de la Información Cuántica de Beijing, y fue llevado a cabo por los equipos de las universidades de Shanghai Jiaotong y Shanghai Electric Power.
En la prueba, los fotones entrelazados —que portan información crítica— mantuvieron una fidelidad superior al 85 % tras recorrer 300 kilómetros, un indicador clave de estabilidad en este tipo de redes. Además, se alcanzó una tasa de detección de 300 a 400 hercios, lo que permite una velocidad teórica de transmisión de varios bits por segundo en condiciones reales.
Entre los avances técnicos destacados figuran la mejora en la generación de pares entrelazados, la implementación de un sistema de corrección de errores basado en reconstrucción de estados cuánticos y la superación de los límites tradicionales de las redes en estrella, permitiendo una estructura totalmente conectada y escalable.
Este tipo de redes podría tener aplicaciones estratégicas en campos que requieren máxima seguridad en las comunicaciones, como defensa, administración pública y finanzas.
No es la primera vez que China lidera en este ámbito. En febrero de este año, el equipo de Long Guilu logró mantener durante 168 horas una conexión cuántica directa estable a 104,8 kilómetros, con una velocidad de transmisión de 2,38 kilobits por segundo —equiparable a los estándares de la primera generación de telefonía móvil (1G).
La construcción de esta red experimental no solo demuestra la viabilidad técnica de la comunicación cuántica directa a larga distancia, sino que también refuerza el papel de China como pionera en el desarrollo de tecnologías clave para la era digital segura del futuro.