Los principales fabricantes de automóviles del mundo han encendido las alarmas ante una inminente escasez de imanes de tierras raras provenientes de China, esenciales para la producción de componentes como motores de limpiaparabrisas, sensores de frenos antibloqueo y sistemas de dirección asistida. Esta crisis podría detener la producción de vehículos en Estados Unidos en cuestión de semanas.

En una carta enviada el 9 de mayo a funcionarios del gobierno estadounidense, la Alianza para la Innovación Automotriz –que representa a gigantes como General Motors, Toyota, Volkswagen y Hyundai–, advirtió que la falta de acceso asegurado a estos materiales críticos podría interrumpir el suministro de partes fundamentales.
El documento, también firmado por la Asociación de Proveedores de Vehículos (MEMA), indicó que sin estos componentes clave, las líneas de producción podrían enfrentarse a una reducción en el volumen de producción o incluso a parones completos.
La situación tiene lugar tras la imposición por parte de Beijing de nuevos requisitos de licencia para la exportación de estos materiales en abril, medida que ha ralentizado significativamente el flujo de exportaciones. Aunque algunos proveedores de Volkswagen han obtenido licencias, otros, especialmente en India, aún no las ha recibido y podrían detener su producción en junio.
Funcionarios estadounidenses expresaron su frustración por la lentitud del proceso y advirtieron que, de no solucionarse, podrían implementarse represalias comerciales. La embajada china en Washington ha respondido señalando que es Estados Unidos quien abusa de los controles de exportación, particularmente en el sector de semiconductores.