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La capital china de las gafas se reinventa con inteligencia
CGTN Español

La ciudad de Danyang, en la provincia oriental china de Jiangsu, ostenta un título de importancia industrial mundial. Desde hace casi una década ha sido el epicentro indiscutible de la producción mundial de lentes oftálmicas, por lo que se la conoce como “la capital de las gafas”. Con una población de menos de un millón de habitantes, este centro neurálgico de nivel de distrito está muy por encima de sus posibilidades. Danyang alberga más de 1.600 empresas dedicadas al ecosistema de las gafas, que dan empleo a más de 50.000 personas y generan un valor de producción anual cercano a los 20.000 millones de yuanes (2.790 millones de dólares), todo ello mientras expande su cadena industrial. Su dominio es patente, ya que suministra la mitad de las lentes ópticas del mundo y el 75 % del total de China.

Lejos de mantenerse solamente como centro industrial y de producción y de ignorar las tendencias globales actuales, este centro de fabricación tradicional ha perseguido incansablemente avances impulsados por la innovación, lo que ha generado un aumento constante de los pedidos de exportación.

En el primer semestre de 2024, las empresas de gafas de Danyang registraron un volumen de importación y exportación de 2.500 millones de yuanes, lo que supone un aumento interanual del 2,8 %. A pesar de que las recientes subidas de los aranceles estadounidenses han afectado sus ingresos, las empresas locales han diseñado varias estrategias para afrontar los nuevos retos, entre ellas dirigir su enfoque hacia los mercados de los países miembros de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) y otras regiones.

En un mercado de venta de gafas de Danyang, dos dependientas atienden a los clientes en línea a través de grupos de WeChat.

Asimismo, otra de sus estrategias es el dominio de la tecnología básica. Un ejemplo de ello es una empresa de Danyang que cuenta con una tecnología pionera basada en la litografía, la cual sortea las restricciones extranjeras sobre materias primas y procesos de producción. Este avance ya ha conseguido decenas de millones en pedidos de las principales empresas ópticas de todo el mundo y la compañía está creando centros de procesamiento en Singapur y Japón, lo que significa que los aranceles prácticamente no les afectan y su capacidad de expansión internacional se mantiene firme.

Mientras que algunas empresas se basan en avances tecnológicos únicos, otras amplían sus líneas de productos y aceleran los ciclos de innovación, lo que las protege de importantes repercusiones arancelarias. Una de estas empresas, que antes se dedicaba exclusivamente a la fabricación de lentes o gafas, ha adoptado un giro intersectorial. En asociación con una compañía de electrónica situada a más de mil kilómetros de distancia, se ha embarcado en un esfuerzo de investigación y desarrollo de un año de duración, que ha culminado en la producción en masa de gafas inteligentes listas para el mercado nacional. El lanzamiento de su prototipo, que muestra la navegación, ofrece traducción en tiempo real y aprovecha las funciones de inteligencia artificial, cautivó al instante a los jóvenes consumidores de todo el mundo, generando importantes pedidos anticipados de sus gafas inteligentes.

De este modo, la transición de estas empresas a nuevas estrategias de expansión y a gafas o lentes con tecnologías inteligentes no solamente ha supuesto un repunte económico espectacular, sino que abre un nuevo y brillante capítulo para la capital china de las gafas.