Notas de editor: Liu Xuedong, profesor de Carrera en Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Este artículo refleja sus opiniones y no necesariamente las de CGTN Español.

Durante los días 9 y 10 de junio se celebró la segunda reunión de alto nivel entre las dos economías más grandes del mundo, China y Estados Unidos, para tratar de aliviar las tensiones comerciales surgidas recientemente relacionadas con el cumplimiento del acuerdo alcanzado en la fase anterior. Al culminar las tensas conversaciones de dos jornadas consecutivas de manera ininterrumpida, ambas partes expresaron estar satisfechas con el acuerdo marco alcanzado para poner en operación lo pactado en Ginebra, Suiza, y se espera que en un futuro cercano se concreten las especificaciones con mayor detalle.
1.¿A qué se debe la segunda reunión bilateral de alto nivel?
Cabe recordar que en mayo pasado China y Estados Unidos firmaron un convenio para disminuir los aranceles, los cuales alcanzaron un nivel histórico sin precedentes y que fueron resultado de la instrumentación de aranceles recíprocos del gobierno estadounidense. Sin embargo, la fiesta duró poco. Por un lado, la administración Trump comenzó a lanzar medidas ofensivas contra China, tales como no dar visas a estudiantes chinos para llevar a cabo sus estudios en instituciones educativas de EE. UU. y prohibir las ventas de productos de alta tecnología en los ámbitos del desarrollo de semiconductores e inteligencia artificial, entre otros. Y por el otro, el presidente de EE. UU. acusó a su contraparte de violar lo pactado en Ginebra al no permitir el flujo efectivo y normal de las llamadas tierras raras, elementos esenciales en la elaboración de autopartes, microprocesadores, aparatos y equipos aeroespaciales, etc.
Lo anterior implica en gran medida que el diálogo entre las dos naciones que se llevaba a cabo para dar seguimiento al acuerdo logrado en mayo pasado, se encuentra estancado, y por ello, se requeriría la intervención de los dos mandatarios de acuerdo con el comentario hecho por el tesorero estadounidense en su momento.
Tal como se esperaba, a principios de junio tuvo lugar una conversación telefónica entre el presidente chino, Xi Jinping, y Donald Trump, la cual arrojó resultados positivos, y de manera inmediata se concretó este segundo encuentro de alto nivel para sortear los obstáculos que han impedido el cumplimiento de lo acordado anteriormente.
A diferencia del primer acercamiento, en esta ocasión el ambiente fue descrito como positivo y alentador. Además, no hubo urgencia por reducir los aranceles con el fin de reanudar los intercambios comerciales entre las dos economías más importantes del planeta; o al menos, el tema de bajar los aranceles se encuentra en una categoría inferior.
Sin embargo, es cierto también que los temas a tratar para esta segunda fase de conversaciones no solamente son complicados, sino que ninguna de las dos partes está dispuesta a ceder con facilidad. En este sentido, alcanzar un acuerdo marco sin ningún resultado concreto definitivamente se podría catalogar como un gran éxito, tal como se ha manifestado tanto por China como por Estados Unidos, y se espera que con el tiempo las diferencias entre ambas partes puedan disiparse paulatinamente.
De hecho, una vez que terminaron las negociaciones y se dieron a conocer los resultados, los mercados financieros a nivel global reaccionaron positivamente, lo cual podría interpretarse como una contribución importante para mejorar las perspectivas de crecimiento económico y los flujos comerciales.
2.Algunas reflexiones adicionales
Anteriormente se comentaba que, tanto China como Estados Unidos se encontraban bajo presión para llegar a un acuerdo lo antes posible en su primer acercamiento celebrado en Suiza, con la finalidad de reducir mutuamente los aranceles recíprocos hasta un punto donde las operaciones de las actividades económicas y la vida cotidiana de los consumidores podrían llevarse a cabo con normalidad. Sin embargo, la profunda rivalidad y competencia que han prevalecido entre estas dos economías difícilmente se superaría a corto o mediano plazo. La seriedad, la franqueza y la constructividad demostradas por los representantes de los dos países en su segundo encuentro justamente han sido elementos indispensables ante esta realidad llena de desafíos.
Asimismo, para limar las asperezas generadas por las fricciones comerciales amplificadas a consecuencia de la introducción de aranceles recíprocos, sobre todo para salvar el suministro de los materiales cruciales en las diversas cadenas de valor de Estados Unidos, ambas partes han actuado de manera inmediata y con responsabilidad. Al mismo tiempo cabe mencionar que la confianza mutua tampoco se puede recuperar y construir de la noche a la mañana o de un día al otro. Por ello, el levantamiento de las prohibiciones y una mayor flexibilidad en el flujo de los artículos demandados respectivamente por las dos economías todavía serían recipientes en caso de darse. Para regresar al nivel registrado antes de la instrumentación de aranceles recíprocos todavía hay un largo camino por recorrer.
Parafraseando lo dicho con frecuencia de que nadie resultaría ganador con las fricciones comerciales, valdría la pena comentar que el diálogo y la negociación con respeto mutuo y condiciones iguales deben ser la prioridad por encima de los conflictos, y de este modo tampoco habría perdedores.